PROFESIONALES JÓVENES MASCULINA DEL SANTUARIO CAMPANARIO

 

Grupo Campanario - Rama de Hombres de Santiago

 

El grupo tiene sus orígenes en la refundación de la Rama de Profesionales Jóvenes de Campanario, cuestión que se dio para el centenario del Movimiento. Con muchas ofrendas al capital de gracia se formó una comunidad que, con los años, terminó anexándose a la Rama de Hombres y de la que participan hombres, más o menos jóvenes, solteros y casados. La fraternidad, la búsqueda de la paz interior y los vínculos son distintivos que se mantienen junto a la vida de oración y apostolado. Por ello, nuestro lema es "Con María, hombres de paz para los más nuevos tiempos".

 

 

Símbolo: la Cruz de Mario Hiriart

 

¿Qué significa para nosotros la cruz de Mario? En pocas palabras: representa nuestra misión. Así como en su sentido más profundo no elegimos nuestro ideal personal ‒sino que lo descubrimos‒, la cruz fue un regalo no buscado. En efecto, hace varias generaciones atrás, fue un regalo que la Fundación Mario Hiriart hizo a la en ese entonces naciente rama. Y desde entonces ha acompañado a pequeños grupos de jóvenes (y no tanto) que sucesivamente han buscado vivir el carisma de Schoenstatt durante sus primeros años en el mundo laboral. Eso, mientras deciden un rumbo estable para sus vidas, a la sombra del Santuario de Campanario.

 
Siendo una réplica de la cruz original, esa que hoy acompaña los restos de Mario en Bellavista, es grande y vistosa. Por años ha rotado en las casas de los miembros de la rama de profesionales, ocupando un notorio lugar en los hogares de aquellos que deciden llevársela ¿Cuántas cabezas se habrán volteado para ver el extraño espectáculo de un jóven llevando a cuestas semejante cruz en el transporte público? Porque ‒es justo decirlo‒ así como muchas veces nos llena de orgullo, otras más es una cruz incómoda, que nadie quiere llevarse y no se sabe bien donde poner. Tal cual como ocurre con nuestras propias responsabilidades.

 
Tratándose de la cruz de Mario, ella misma habla con voz elocuente de esa misión que nuestro beato buscó encarnar y que hoy se nos invita a vivir: la santidad en la vida diaria ‒silenciosa y sencilla‒, buscando integrar armónicamente en su vida naturaleza y gracia. Y eso, sin temor a soñar los más grandes desafíos de nuestro siglo: la renovación de la Iglesia, la instauración de una nueva sociedad teocéntrica a través de nuestro trabajo, la conformación de la CAU, etc. Mario vivió y luchó por todo lo segundo, sin descuidar lo primero. Y hoy se nos invita a vivir lo mismo.

 
"Debemos conquistar aquello que hemos heredado de nuestros padres" ‒dice el PK en varias ocasiones. La cruz de Mario representa todo ese mundo de desafíos y regalos que como varones schoenstattianos estamos llamados a hacer nuestros...y a transmitir a quienes caminan algunos años atrás de nosotros. Hoy, la cruz sigue en nuestras manos. Mañana, esperamos poder dejarla en manos de una nueva generación de hombres dispuestos a conocer, amar y decidirse por es misión que tal vez no inventamos, pero que sí hemos decidido seguir.

  

 

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Paulino Varas Díaz

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