¿QUÉ SIGNIFICA CORONAR A MARÍA EN MI VIDA?

1.1 Reconocer nuestro desvalimiento, pequeñez y necesidad. Es una actitud fundamental y que hoy tiene mucho sentido, por la situación de pandemia y antes, por nuestro estallido y desafío sociales. No tenemos el control, no están en nuestras manos todas las decisiones y soluciones ni tenemos total claridad, en la forma y el modo de responder a las dificultades y desafíos. Es el preámbulo para una actitud filial y de dependencia confiada en Dios y la Mater.

1.2 Reconocer la conducción de Dios y la victoriosidad de la Mater. Nuestra fe es Pascual y Providente: creemos en un Dios que interviene en la historia e interviene para nuestro bien, y creemos en la colaboración de la Mater junto a Jesús. La historia de la salvación, la historia de la Iglesia, la historia de Schoenstatt y nuestras propias historias, son un claro ejemplo de la intervención de un Dios que todo lo conduce para el bien de sus hijos e hijas.

1.3 Reconocer nuestra colaboración e instrumentalidad. El que le entreguemos a Dios y a la Mater el timón de los acontecimientos, no significa pasividad ni comodidad, sino disponibilidad para colaborar y conciencia de misión para intervenir.

2.1 Coronar es expresión de súplica. Coronamos a María y reconocemos su poder, precisamente porque experimentamos la necesidad de que Ella actúe en alguna circunstancia de nuestra vida. Coronar a María es una renovación y una profundización de nuestra Alianza: por la Alianza de Amor, tenemos derecho a las "exigencias de amor", es decir, podemos apelar a nuestro derecho de hijos (as) y aliados (as) y pedirle a María que se "juegue" por nosotros, que acoja nuestros anhelos más profundos y nuestras necesidades más urgentes.

2.2 Coronar es expresión de disponibilidad. Coronar a María significa reconocer su poder, en cierto sentido podemos decir que es un poder en blanco, ya que le decimos "tú tienes el poder, puedes utilizarlo". Es darle el poder sobre nuestras vidas y darle también el espacio y la posibilidad de actuar en mi vida, de educarme, de modelarme, de conducirme y mostrarme el camino. Que María sea mi reina significa que yo quiero que en mi vida Ella reine: con sus valores, sus sentimientos, su estilo de vida, adaptados a mi realidad y originalidad personales. Coronar significa dejarse utilizar incondicionalmente por Ella según sus deseos.

2.3 Coronar es expresión de reconocimiento de mi propia pequeñez. Le doy el poder a María, justamente porque soy pequeño (a), porque experimento una y otra vez mis límites y mi propia impotencia frente a tantas situaciones. Reconocer la propia pequeñez, es abrir el corazón para la acción de Dios, para que El derrame su misericordia sobre nosotros.

2.4 Coronar es expresión de agradecimiento El amor que le regalamos a María expresa nuestra gratitud por su obrar palpable en nuestra vida, por todos sus regalos y muestras de amor cotidianas. Quien ama agradece, quien tiene un corazón filial, descubre aún las más pequeñas muestras de amor.

3.1 ¿Por qué necesito coronar a la Mater en este momento?

3.2 ¿Cómo estoy experimentando por un lado el desvalimiento, y por otro, la disponibilidad ante la situación que vivimos?

3.3 ¿Qué experiencia de mi vida y de la vida que me rodea, me confirman la intervención de Dios que todo lo conduce para nuestro bien? 

3.4 ¿Qué le estoy ofreciendo a María Reina? ¿En qué dimensiones le pido que me eduque y transforme? 

3.5 Si la Mater necesita de nuestra instrumentalidad y conciencia de misión, ¿Cómo quiero colaborar con el plan de Dios ante la situación de desvalimiento que vivimos?