2014: Horizonte a la vista
En este nuevo artículo de la sección "En pocas palabras", el padre Joaquín Alliende nos habla de la enorme importancia del Movimiento popular de peregrinos de Schoenstatt.
Lunes 14 de abril de 2014 | P. Joaquín AlliendeEn el verano europeo de 1977 llovió mucho. Con un telón de fondo de agua gris, el P. Alex Menningen, el discípulo más cercano al P. José Kentenich, guió un trabajo de investigación sobre el 'Movimiento Popular de Peregrinos de Schoenstatt (MPP)'. Al final, como cerrando las semanas de elaboración, dijo: "Hay un peligro que amenazará siempre a Schoenstatt: una postura elitista, que transforma nuestras comunidades de dirigentes y de militantes en núcleos selectivos y autorreferentes. En la práctica, esto significa hacer del MPP un cuerpo anémico e intrascendente". Schoenstatt quiere ser una eclesiología aplicada, promisora, una vivencia comunitaria que suscita esperanza misionera, hasta en los ambientes más descristianizados. Por otra parte, la complejidad objetiva del Pueblo de Dios, debiese ser para nosotros variedad y riqueza, no complicación burocrática, tediosa y paralizante.
En aquella tarde, el P. Alex explicó unas categorías por él formuladas: "Hay un 'Schoenstatt organizado', el cual incluye a los Institutos, las Federaciones, y la Liga. Y hay un 'Schoenstatt no organizado', el amplio Movimiento de Peregrinos". Éste debiera contribuir decisivamente, desde el Santuario, a una 'movilización general' de los católicos llamados a ser, en todas las vueltas de la historia, levadura, sal, luz. Vale decir, el Santuario es un epicentro de la acción del Espíritu Santo, que dinamiza en radios cada vez más amplios, la gracia que Jesús mereció con su muerte, para todos los hombres.
El MPP es el instrumento estructural de Schoenstatt para hacer viable tal ambicioso propósito apostólico.
En este contexto, debiéramos agradecer por la Campaña de la Virgen Peregrina, genial y fecunda estrategia de Dios para desplegar el MPP. Tal vez algunos quieran agregar una pregunta, en este 2014: La afluencia de peregrinos a nuestros Santuarios ¿es el MPP que nuestro padre soñaba?