Abusos sexuales en la Iglesia, tolerancia cero

Francisco señala en estos tres años, tolerancia cero contra los abusos. El padre Miguel Yañez, de la Pontificia Comisión de Tutela de Menores explica que se percibe un clima nuevo en la Iglesia, pero que no se puede bajar la guardia.

Sábado 12 de marzo de 2016 | ZENIT – Roma

(ZENIT – Roma). – El santo padre Francisco cumple este 13 de marzo tres años de pontificado. El tomó la línea indicada por Benedicto XVI contra los abusos, la transparencia de las finanzas y la reforma de la Iglesia. El sacerdote Miguel Yañez, actual integrante de la Pontificia Comisión de Tutela de los Menores, como tantos no tiene dudas: “Se percibe un nuevo clima en la Iglesia y en la Curia Romana”.

El sacerdote que conoció al padre Bergoglio desde hace muchos años, y a quien le presentó su solicitud de admisión a la Compañía de Jesus, y que lo tuvo como formador en el Colegio Máximo de San Miguel, precisa que “Claramente no todos han acogido este ámbito de renovación que ha abierto el papa Francisco pero se percibe un nuevo espíritu, que recupera el Evangelio e invita a dar testimonio de una Iglesia en salida”.

El padre Yañez, también director del departamento de teología moral de la Pontificia Universidad Gregoriana, al ser interrogado sobre  la opinión de un periodista que señaló: “Francisco volvió a dar a los católicos el orgullo de serlo”, añade, “sí, es esto es verdad pero aún más. Porque aquí no se trata de que seamos católicos, pero que seamos cristianos. Y como dijo una artista italiano Francisco está llevando a la iglesia al Evangelio, percepción que creo sea muy acertada”.

Sobre todo cosas que estaban en un segundo plano han tomado importancia, dijo, porque “ahora el Evangelio es el primer plano. Casi todo está como entonces, pero ha cambiado la valoración, la prioridad, o sea primero el Evangelio”.

Interrogado sobre la línea contra los abusos sexuales deseada por el papa Francisco, el sacerdote jesuita no tiene dudas: “La Iglesia ha podido reaccionar creando una serie de medidas y una política de tolerancia cero que se está continuando a implementar”.

Y especifica que “la tarea es enorme, porque es necesario concientizar a toda la comunidad cristiana, no solamente a los obispos o sacerdotes”. Porque “es un problema no solo de la Iglesia. No nos podemos excusarnos de lo que ha lo sucedido, sin olvidar por ello que las estadísticas indican que la mayoría de los abusos suceden en familia, o en sus entornos”.

De manera que contra estos crímenes la Iglesia pueda ser también de inspiración a la sociedad para que defienda a todos los niños de los abusos sexuales”.

Y si bien la gente percibe que la situación es diversa de la descrita años atrás por un semanario estadounidense, que en su tapa se preguntaba si la Iglesia sobreviviría al caso de los abusos de menores, el sacerdote evita tonos triunfalistas y señala: “El cima es bastante distinto pero –asegura– no hay que bajar la guardia”.

“No podemos dormirnos, depende de los lugares y de los países. Donde se produjo la crisis han reaccionado. Me pregunto si en América Latina, si en Africa lograrán hacerlo. Estamos viendo que pasa, si vamos a tener la capacidad de prevenir y de reaccionar con la suficiente serenidad para que nunca más nos pase lo mismo”.

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