AHORRANDO- Jesús Ginés O.
| Jesús Ginés Ortega Jesús Ginés OrtegaLejos de ser avaros y egoístas, los viejos nos volvemos realistas, así tengamos poco o mucho. Por un lado ya no tenemos, generalmente, un ingreso mensual y algunas regalías anuales que algunos llaman "pitutos" adicionales. Generalmente después de los setenta u ochenta abriles –en mi caso junios- ya solamente gastamos y no recibimos lo mismo que antaño. Una jubilación no suele ser lo mismo que una nómina. Por esto mismo, - en esta nueva manera de vivir solos, sin obligaciones familiares-, tendemos a ser naturalmente ahorradores. ¡Ojalá no necesitemos que nos ayuden a sobrevivir!
Estando encerrados obligadamente en casa dejamos de gastar en varias cosas: transporte, restaurantes y bares, visitas a parientes y amigos con el regalo correspondiente, propinas y limosnas en el mercado y en la calle. Estamos libres de que nos estafen, asalten, roben o atropellen. ¡Qué manera de ahorrar! Desde mi terraza balcón veo mi auto estacionado que lleva un par de meses sin moverse, por lo que dejo de llenar el estanque, lavarlo y llevarlo a revisiones periódicas y no está expuesto a choques o roces.
Comparto con mis pares, reducidos ya en espacio y tiempo, esta nueva realidad del aislamiento y, gracias al virus maldito o bendito, según queramos verlo, me vengo a dar cuenta que hay bastante gente que no puede ahorrar, que por el contrario se está comiendo sus pequeños ahorros, hacinado en casas más pequeñas que la mía y con toda una vida por construir, mientras yo recorrí con relativo éxito esa etapa. Se me ocurre la idea de invertir con estos ahorros. Ha llegado el momento de hacer algo bueno con nuestras reservas de ayer y de hoy. Podríamos invertir algo en los que están peor que nosotros. ¿No os (les) parece que no sería mala idea ayudar un poco desde nuestras soledades de seniores a tantos jóvenes que hoy se angustian con su proyecto de vida apenas comenzando? ¿No será hora de ser generosos, -aunque realistas, como corresponde a nuestra edad-, compartiendo con otros algo de lo que nosotros recibimos y algo de lo que ahorramos? Es la idea que tengo a bien sugerir solamente a los más viejos de mis lectores, que estén en condiciones de hacerlo. Saldremos todos mejorados de esta maldita o bendita pandemia, invirtiendo en el ahorro de otros que tienen un poco menos. Desde luego hay que hacerlo también en silencio.
JESÚS GINÉS ORTEGA