Amar a la Iglesia: ¿somos fieles?
El Papa, al reflexionar en un proceso de oración y discernimiento, ha aplicado la Fe Práctica en la Divina Providencia, que nos enseña a captar los signos de los tiempos. Es un ejemplo que para la sociedad del consumo, el poder y las razones subyacentes, le es muy difícil entender que un hombre con un alto nivel de poder, sea capaz de dejarlo porque tiene la convicción de Fe. Por eso, debemos como miembros de la Iglesia y en la Alianza de Amor que nos interpela a hacernos responsables por ella, apoyar a su Santidad.
| Marcelo Felipe Lizana Marcelo Felipe LizanaDurante estas semanas, son muchas las cosas tanto positivas como negativas que implican la decisión de su Santidad Benedicto XVI y de la Iglesia, nuestra Iglesia. Esto para muchas personas es tremendamente debilitante, ya sea por un proceso de Fe inmaduro o simplemente porque la bomba de los medios de comunicación es demasiado grande e influyente. Sin embargo, como Schoenstattianos una vez más tenemos un gran desafío para nuestra pedagogía. Por otro lado, debiésemos tener una postura intachable y de fidelidad con el Papa y la Iglesia toda.
Recordemos que nuestro Padre Fundador, pese a todas las dificultades, "Amó a la Iglesia". Él nos enseña lo que debemos hacer en estas circunstancias. La inquietud que nos surge es: ¿hemos actuado como el hombre nuevo en la comunidad nueva, o simplemente nos hemos dejado guiar por la masa?
"...El pensar mecanicista es el caballo de Troya de la actualidad, vale decir, un regalo peligroso. Colectivismo significa disolución de todos los lazos vitales, tanto del organismo de vinculaciones natural como del sobrenatural..." (PJK). Un hijo de María no puede caer en el colectivismo, poniendo su Fe en los medios de comunicación y transmitiendo la cantidad de afirmaciones sin contenido. En definitiva, seguir la marea de la masa.
Con dolor, han sido muchas las personas, incluidos schoenstattianos, que de alguna manera opinan, publican o dan mayor credibilidad a rumores y especulaciones, propagando un mensaje erróneo, en vez de transmitir un mensaje de confianza (en los tiempos de crisis de las confianzas), fidelidad y Fe. En este año de la Fe, éstas son tremendas oportunidades para poner nuestra confianza en Cristo y su Madre. El Papa, al reflexionar en un proceso de oración y discernimiento, ha aplicado la Fe Práctica en la Divina Providencia, tal como el Padre nos enseña a captar los signos de los tiempos. De esta manera, se descubre la voluntad de Dios en la tarea que nos encontremos desempeñando; él nos muestra los caminos, pero es parte de nuestra voluntad cuál elegimos.
En definitiva, el Santo Padre, que durante su Pontificado se ha destacado por la verdad ante todo, nos muestra su sencillez e infancia espiritual en su decisión. Es un ejemplo que para la sociedad del consumo, el poder y las razones subyacentes, le es muy difícil entender que un hombre con un alto nivel de poder, sea capaz de dejarlo porque tiene la convicción de Fe, que es lo que Dios le pide en este momento, haciendo su voluntad con una confianza absoluta, un salto al vacío porque sabe que Dios lo tomará de su mano.
Debemos como miembros de la Iglesia y en la Alianza de Amor que nos interpela a hacernos responsables por ella, apoyar a su Santidad, dando el mensaje tal cual es, CARITAS. María es el camino seguro, de su mano todo saldrá bien. ¡¡SERVUS MARIAE NUNQUAM PERIBIT!!.
Finalmente, debemos revisar la postura y acciones que hemos tomado, y preguntarnos: ¿Como schoenstattianos, en el año de la Misión, hemos estado a la altura de las circunstancias?