Cirugía al Sistema
Cirugía al sistema Una mirada sobre las críticas al sistema económico actual del Papa Francisco, y un llamado a la reflexión personal sobre nuestro papel en él.
| Padre Hugo Tagle Padre Hugo TagleCirugía al sistema
La lata del Papa Francisco es que me está haciendo la columna. Casi cada semana salta con alguna buena intervención que hace difícil evadirla. Ahora se refirió a los excesos y abusos en un sistema financiero mundial que requiere con urgencia de cirugía mayor. Habló fuerte y claro, sin tapujos. Dijo que un sistema económico que, de no ser bien llevado, sin apelar a un mínimo ético, terminará jugando contra la humanidad. Y no solo contra los más pobres, sino contra todos.
Es curioso. Los grandes defensores de las libertades personales dicen poco sobre los abusos en que algunos caen; se castigan pálidamente, lo que finalmente debilita la credibilidad en el conjunto. El Papa no alega contra el sistema, se alega contra los abusadores de éste; los que, con malas artes, buscan sacar una tajada del pastel más grande de la que legítimamente les corresponde. Todo el sistema económico descansa sobre la confianza que despierten los mercados, los que no son entes abstractos sino que compuestos por personas.
Criticó una defensa desmedida de la libertad del mercado y pidió reformas financieras que lleven a distribuir mejor la riqueza. Condenó así mismo, la "tiranía del dinero" y la "dictadura de una economía sin rostro". "El dinero tiene que servir, no gobernar", dijo Francisco.
A pesar de la bonanza que ha traído un sistema de economía social de mercado, aún "la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo siguen viviendo a diario situaciones de inseguridad". Mientras "los ingresos de una minoría crecen exponencialmente, los de la mayoría se derrumban". Y este desequilibrio no le conviene a nadie.
También condenó "la extendida corrupción y la egoísta evasión de impuestos que ha tomado dimensiones mundiales", así como la avaricia desmedida. "Esta actitud oculta un rechazo de la ética, un rechazo de Dios".
Se requiere de "un valiente cambio de actitud de parte de los líderes políticos". Insisto: con esto, ganamos todos. "Hemos creado nuevos ídolos. La antigua veneración del becerro de oro ha tomado una desalmada forma en el culto al dinero y la dictadura de la economía, que no tiene rostro y carece de una verdadera meta humana", dijo Francisco.
Benedicto XVI también pidió cambios en los sistemas económicos. Recordemos las duras expresiones contra la avaricia y acumulación de bienes en Deus caritas est, donde señala que la codicia y el lujo insolente constituyen una seria amenaza contra la propia salvación. Somos meros administradores de los bienes, no sus dueños.