Desde lo meramente legal a la orientación según el ideal
El P. Kentenich señala que pertenece a la tarea de vida de Schoenstatt el ayudar a realizar este cambio en la acentuación que se señala en la Amoris Laetitia y ser él mismo un caso preclaro, el cual, desde un comienzo ha aplicado todas sus fuerzas, de acuerdo a la ley de los contrastes, para cultivar, en todo sentido, una piedad de actitudes, de actitudes por convicciones.
Martes 3 de mayo de 2016 | Schoenstatt.org/ Ingeborg y Richard SickingerCon la Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, sobre el amor en la familia, del Papa Francisco, se realiza un cambio de paradigma en la pastoral, en el cuidado de las almas. Como una gran línea que recorre esta Exhortación Apostólica se puede constatar un cambio en la acentuación, que deja atrás lo meramente legal para acentuar más el ideal. El Cardenal Schönborn, quien el 8 de abril presentó este documento papal en Roma, afirmó en una entrevista que concedió a ORF (Radiodifusión Austríaca): “Esta Exhortación eleva la discusión a un nivel superior,… el Papa (habla) sobre el amor de una forma tal, que todos quienes se introducen en este documento terminan diciendo: ‘Sí, en realidad tiene razón, existe una dimensión más grande’”.
Introducirse de lleno en el mundo de las orientaciones fundamentales, de las actitudes fundamentales
El P. Kentenich previó este desarrollo. En 1968 le comentó a algunos sacerdotes: “Tenemos que contar con que, a través del Concilio, haya tenido lugar una gran transformación en lo que respecta a la moral matrimonial, en lo que respecta a la moral sexual. Pero aun más importante es el cambio en el principio moral. … La moral era la ciencia de las normas obligatorias. En lugar de ello podemos utilizar otra expresión: En todo sentido se ha tratado siempre de una pedagogía de actos y no de una pedagogía de actitudes; siempre se ha tratado de prácticas, de una piedad de prácticas, no de una piedad de actitudes. Y ahora se realiza el gran cambio en el acento, ya que ahora se trata de apartarse de la colección de normas, de la colección de prácticas, para introducirse de lleno en el mundo de las orientaciones fundamentales, de las actitudes fundamentales”.
Al mismo tiempo, el Cardenal Schönborn ve un gran desafío para la realización del documento: “Veo una gran tarea para los teólogos, para los especialistas. Algo que también tiene una gran importancia para la sociedad: cómo manejamos las cuestiones fundamentales de la moral, hay que estimular la libertad, la responsabilidad, la conciencia; es decir, hay que impulsar a la personalidad madura y adulta”.
Madurez
También el P. Kentenich vio ya en aquel entonces estos desafíos de manera aun más critica: “La Iglesia no está preparada para tal madurez, para un tal cambio de acento, para un tal elogio a la madurez. … ¿No tendría que preocuparse Dios de que existan y se desarrollen comunidades que consideren esta tarea, es decir, este cambio de orientación, este cambio de acento en el pensar moral y en el pensar ascético, como una tarea de vida? Esto ha sido desde un comienzo lo más característico de todo lo que hemos hecho”.
El P. Kentenich señala que pertenece a la tarea de vida de Schoenstatt el ayudar a realizar este cambio en la acentuación que se señala en la Amoris Laetitia y ser él mismo un caso preclaro, el cual, desde un comienzo ha aplicado todas sus fuerzas, de acuerdo a la ley de los contrastes, para cultivar, en todo sentido, una piedad de actitudes, de actitudes por convicciones. Por cierto debo agregar, que esto lo dijo unos 50 años antes del Concilio”. La Iglesia busca caminos para concretar la Amoris Laetitia. Schoenstatt tiene para ello caminos y respuestas.
Nuestra tarea
En su “Pedagogía Matrimonial Mariana” de 1933, el P. Kentenich expuso una aplicación concreta de su pedagogía y pastoral. Esta tiene su punto de partida en el ideal matrimonial católico y desarrolla con detalle las herramientas de la pedagogía del Movimiento necesarias para ello. La meta de la pedagogía matrimonial mariana se define de modo amplio y preciso: “El sentido y la finalidad de la pedagogía matrimonial mariana es crear la capacidad y la disposición de vivir, como hijos de Dios y miembros de Cristo, de modo profundo y permanente el ideal matrimonial católico, inspirado en la imagen de María, en virtud de una vinculación mariana de máxima intimidad, y poder realizarlo victoriosamente en la vida práctica, a pesar de las dificultades que se opongan”.
El camino para lograr esta meta lo describe de la siguiente forma: “Las dos leyes fundamentales de la pedagogía matrimonial son: primera ley: preocuparse por una conservación pura clásica del ideal matrimonial. O dicho con otras palabras: preocuparse de tener en una alta estima el ideal del matrimonio católico en su clásica pureza. Segunda ley: Preocuparse de que este ideal matrimonial también se encarne en la vida práctica”.
Esta pedagogía y pastoral mariana es lo que se requiere hoy. Corresponde a la vocación de Schoenstatt, como oficial de enlace entre la ciencia y la vida. Nuestra tarea consiste en redescubrirla, aplicarla exitosamente y mostrarla a la Iglesia como camino para realizar la Amoris Laetitia y la imagen futura de la Iglesia.
Original: alemán. Traducción: Ventura Torres, Santiago, Chile
Fuente: Schoenstatt.org