¿Dónde dejamos a Dios?
¿Que nos lleva a estar en la "depre"?.. Hace unos días escuché que en el mundo existen 121 millones de personas con depresión, y oír esto no es nada bonito, ya que seguramente entre estos 121 millones habrá un pequeño grupo que elegirá el suicidio como remedio a esta enfermedad. . Sin embargo estos momentos de angustia han sido los que me han llevado a seguir a Dios y a la Mater, he sido bendecida, porque en medio de estas crisis el Espíritu Santo ha sido mi guía, logrando vencer a la "depre. Testimonio de nuestra columnista Lucía Valero, nos da fuerzas para seguir con fe, el camino que nos lleva a tener paz en nuestro corazón.
| Lucía Valero Lucía ValeroHace unos días escuché que en el mundo existen 121 millones de personas con depresión, y oír esto no es nada bonito, ya que seguramente entre estos 121 millones habrá un pequeño grupo que elegirá el suicidio como remedio a esta enfermedad.
¿Que nos lleva a estar en la "depre"?...muchos dicen que el estrés, otros señalan a la presión social, algunos otros culparán a la soledad, otros dirán que necesitan litio, pero pocos reconocerán que es la ausencia de Dios la que nos lleva a sentirnos solos, inquietos y con una gran necesidad de comprar cosas, de llenar el vacío con objetos, vicios e infidelidades. ¡Peor aún!... con una necesidad tremenda de ser otras personas, de cambiar cara y cuerpo para sentirse aceptadas. Tristemente lo que se elige para lograr esa transformación, deforma la gracia y personalidad que Dios regala para ser personas únicas e irrepetibles.
En las redes sociales nos comparten muchas reflexiones, y son tan bonitas que nos llegan de verdad, pero si no estamos consientes que nuestro vacio es porque Dios no está ahí, cualquier reflexión por cierta que sea, no va a solucionar nada en nuestra mente y mucho menos en nuestro corazón. ¿Qué nos impide seguir a Cristo?...una pregunta que todos los cristianos tenemos que hacernos. El mundo nos come... los medios de comunicación se han convertido en una guía para todo aquel que quiera ser una persona de "éxito" una persona que pueda manipular (aparente líder) a los demás, creyendo que ese es el "poder" el poder tener todo lo que se pueda, sin importar a quien pisoteé, logrando después de un corto tiempo, estar "solo" y que sigue...¡la depresión!...que pena que no estoy hablando de un pequeño grupo, existen en estos tiempos 121 millones de personas en depresión y desafortunadamente se están gestando más víctimas.
A pesar de este panorama puedo decir que los que seguimos a Cristo somos un número importante. Ahora en este tiempo de crisis de valores, encontramos a hombres y mujeres de más de 50 aceptando envejecer con gran dignidad, convirtiéndose en seres maravillosos; en personas enteras y con una gran capacidad de maravillarse de la vida misma, con sus altas y sus bajas, logrando tomar de esos pequeños o grandes problemas la sabiduría que las hace crecer. Mujeres y hombres que encuentran a Dios en el conocimiento, llenándose de Él, convirtiéndose en personas alegres y plenas. No dejo de lado a la juventud, Dios me ha mostrado la capacidad que tienen de regalarse a Él sin miedo a las criticas, como los valientes primeros congregantes de Schoenstatt.
Esto que ustedes leen puede que parezca ajeno, para esta su servidora, pero no, de alguna manera puedo contar que he sentido esa soledad de la que hablo, esa necesidad de sentirme aceptada por los demás y en muchas ocasiones querer llenar el vacío interior con algún objeto o alguna persona. Sin embargo estos momentos de angustia han sido los que me han llevado a seguir a Dios y a la Mater, he sido bendecida, porque en medio de estas crisis el Espíritu Santo ha sido mi guía, logrando vencer a la "depre".
Que alegría que a pesar de todo lo que trae el mundo existen personas luchando por ser luz en el camino de los demás, logrando siempre vencer a la "depre" ocupándose de la voluntad de Dios, porque todo aquel que se ocupa de sus obras, recibirá como recompensa su mano y la de nuestra Santísima Virgen María, para solucionar nuestros problemas con una inexplicable paz en el corazón.