El vigesimoprimer Santuario de Chile
En un día frío y nublado, que derivó en una lluvia que afortunadamente los organizadores tenían prevista, el Santuario Valle de María, en el sector de Linderos, VI Región de Chile, recibió la bendición que lo consagra como el vigesimoprimer templo schoenstatiano en este país. Un día que quedará grabado en la memoria de todos quienes formaron parte de esta "locura de amor por María", como la definen los coordinadores de la Familia de Maipo, Ximena Music y Andrés Palomer. La ceremonia de inauguración contó con la presencia de las más de 500 personas que componen el movimiento en la zona, más sacerdotes, hermanas, representantes de familias del norte y sur del país, y cadetes de la Escuela Naval que...
En un día frío y nublado, que derivó en una lluvia que afortunadamente los organizadores tenían prevista, el Santuario Valle de María, en el sector de Linderos, VI Región de Chile, recibió la bendición que lo consagra como el vigesimoprimer templo schoenstatiano en este país. Un día que quedará grabado en la memoria de todos quienes formaron parte de esta "locura de amor por María", como la definen los coordinadores de la Familia de Maipo, Ximena Music y Andrés Palomer.
La ceremonia de inauguración contó con la presencia de las más de 500 personas que componen el movimiento en la zona, más sacerdotes, hermanas, representantes de familias del norte y sur del país, y cadetes de la Escuela Naval que contribuyeron a dar un aire solemne y patriótico al rito, considerando su realización un día después de la conmemoración de las Glorias Navales.
La bendición fue presidida por el obispo de San Bernardo, Monseñor Juan Ignacio González Errázuriz, quien resaltó la devoción por María del movimiento de Schoenstatt, un enorme aporte para la Iglesia y sus fieles. Pero el momento más emocionante para los presentes fue la entronización de la imagen de la Mater al Santuario, luego de una breve procesión entre los invitados, quienes la aclamaron cantando y agitando pañuelos blancos en son de saludo y bienvenida.
Así, bajo un cielo gris que no logró opacar su alegría, entusiasmo y gratitud por este regalo, los miembros de la familia de Maipo vieron por fin cumplido un sueño que comenzaron a acariciar hace ya 18 años, cuando los primeros "sembradores" dieron forma a lo que es hoy un grupo dinámico, diverso y en franca expansión.