¿ENCONTRAR LA VERDAD O PROFUNDIZAR EN ELLA?- Por María Zaragoza
Domingo 19 de julio de 2020 | María ZaragozaMi nombre es Maria, y formo parte de la familia de schoenstatt tanto en la rama de madres, como en la rama de matrimonios del santuario "Nova Pentacosta" en Valldoreix, Catalunya. Como hija del padre kentenich, me tocaron los últimos acontecimientos de forma especial. No tanto por lo que pudieran tener de ciertas esas acusaciones, en el tono en que habían sido publicadas, ni por si habían sido determinantes o no para el exilio. Solo me sentí "dolida" porque a MI , en negrita y bien grande, nadie me lo había contado. Creo que ha sido un sentimiento compartido en muchos de nosotros.
Tengo que decir que, desde entonces, ha habido un proceso en mi interior donde se han modificado continuamente sentimientos, impresiones, razonamientos.... He pasado del enfado, del pedir "explicaciones", del esperar disculpas,....... a LA PAZ, y como decía una persona " He visto que he arrojado piedras a personas que solo me han regalado amor, perdón y comprensión. He visto que me respondían con cariño, devolviendo mal por bien".
En este tiempo has salido muchos artículos, documentos , entrevistas, declaraciones y me gustaría hacer una reflexión frente a ellas.
1- Como schoenstattiana y amante de la autoeducación, tengo que decir que muchas veces no me procuré por estar bien formada. Nos apresuramos ahora por leer documentos que no han estado al alcance, sea por la cuestión que sea. y muchos no hemos tenido esa misma inquietud por los documentos que sí que lo estaban y que hacen entendible, el contexto, el contenido , y la pedagogía por la que entregó su honor el padre Kentenich. Cuando uno profundiza en la espiritualidad schoenstattiana, es tanta la riqueza que toma este hito, que no te la acabas, aun sin conocer los hechos concretos que se ocasionaron por ello. Creo a la vez, que sin esa comprensión de fondo, muchos de esos textos pueden confundirnos y pueden confundir a otros, y en parte "entiendo" esa, quizás mal gestionada, información de los hechos. Como decía alguien: Tampoco es lo primero que diría a alguien que llega al movimiento o empezara en la profundización de los hitos. Hay que tener en cuenta que cada uno se vincula a schoenstatt también a su manera y en la medida que le llama el señor.
2- Personalmente no me gusta que se hable de "encontrar la verdad",o "conocer la verdad". Creo sinceramente que la palabra correcta sería "PROFUNDIZAR en la verdad". La verdad no fue escondida por vergonzosa ni nada por el estilo. Fue custodiada, si queremos, a la torpe manera de los que son humanos, o desconocida en su plenitud, o mal gestionada, pero no se escondió. La verdad cuando profundicemos en ella, responderá a lo orgánico de nuestra propia espiritualidad, y por ello a la vida del padre kentenich. Dará plenitud y cercanía. Por eso mismo, no creo que estamos en un momento de crisis, ni tampoco en un momento complicado, sino simplemente en un momento de agradables y atrayentes retos. No conozco lo que pedirá Dios, a las comunidades en concreto, pero a mi y supongo que a muchos de nosotros, nos pide una mayor inquietud por profundizar en el carisma. Pedirlo e incluso "exigirlo" si realmente nos sentimos en ese llamado.
3- Otro punto, que personalmente me llama la atención, es el tomar conciencia de que los sucesos relatados se gestaron, o tomaron fuerza o visión, en un pequeño grupo de unas 10 hermanas. A mi me gustaría pensar que no tuvieron mala fe, ni ninguna intención de "hacer daño" al padre fundador (pienso concretamente en las hermanas), Creo que los acontecimientos ocurrieron, y por una concurrencia de cosas, se les dio una dimensión errónea. Creo que las implicadas seguro que pensaron que debían ese desahogo o confianza, a quien era su cabeza eclesial. Fueron incomprensiones, frases sacadas de contexto, cosas analizadas fuera de lugar, desahogos sin Dios, incompatibilidades de carácter, apresuramiento en la lectura, heridas no asumidas ni redimidas, y tantas otras cosas , lo que dio lugar a las críticas, .... y seguramente sin quererlo ni darse cuenta, habían puesto al padre kentenich en una situación de aversión frente a otros.
Al pensar en ello, en que fue solo un pequeño grupo de 10, no dejo de pensar en la responsabilidad personal. Ninguno de nosotros estamos exentos de poder caer, en mayor o menor medida, en ese juicio o críticas sobre terceras personas, y darle una imagen que no se corresponde con la verdad de su persona. Bastan 3/4 personas para crear ambientes de mala mirada, de sospecha, de desprecio......bajo capa de desahogo, de"querer comprender" y de tantas otras cosas. Pido al espíritu un oído y sensibilidad fina, para darme cuenta y tener la humildad de corregirme en ello si caigo.
4- Solo un último punto. Estos días estoy conociendo a un padre Kentenich que tenía hecho, un poco convenientemente, a mi manera de ser. Me gusta poder amarlo en su personalidad concreta, quizás un poco más "bruto" en las formas de como me lo había imaginado. Me atrae seguir conociéndolo desde esa mirada y poder amarlo. Me gusta también conocer los hechos, porque tomo conciencia de un sufrimiento que no sabia que el padre llevara consigo y ahora puedo unirme a ese dolor y comprenderlo desde esa realidad.
Me siento orgullosa de ser schoenstattiana. Quiero al padre Kentenich y a muchos schoenstattianos que me muestran el reflejo de este gran carisma que la Mater nos regaló. Estoy enamorada de las causas segundas, aun siento que deba profundizar en ellas en todas su plenitud. Me gusta pensar que en schoenstatt, las personas, con nombres concretos, no solo te señalan el camino, sino que llegas a quererlas tanto que en cierta forma las atraviesas, y las traspasas y sin quedarte en ellas, quedas cosido para siempre formando familia. Esta situación creo que nos ha cosido, a gente concreta con gente concreta, pero también entre comunidades, y nos está cosiendo de forma especial y doy gracias a DIos por ello. Todos vamos unidos al padre Dios, eso es lo importante.
Maria Zaragoza