Evangelio domingo 1 de enero

Sábado 31 de diciembre de 2022 | Juan Francisco Bravo

1° DE ENERO DEL 2023

Evangelio según San Lucas 2, 16 - 21

Primera Semana de Navidad

Solemnidad de Santa María Madre de Dios

Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

... y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre.

Es como si Jesús me dijera: "Ven conmigo. Aquí en el pesebre. Ven a ser niño en el pesebre. Recuéstate y deja que te cuiden. Déjate alimentar, déjate admirar como se admira a un niño recién nacido. Date permiso para ser el centro del universo sin tener tú hacer nada para serlo. Déjate abrigar. Permítete estar con los tuyos, con los que te aman, y recibir el amor. Ya vendrá el tiempo de la vida pública, de la cruz, de la resurrección. Hoy es el tiempo de la cuna. Es el tiempo de la unión con la Madre que, en medio de lo que pareciera ser un lugar inhóspito, te da todo su amor y protección."

¡Me sorprende este texto! Yo me hubiera imaginado que, si Dios viene a salvarme, el tenor de su presencia sea la acción. Y acción rápida. ¡Sustantiva! Y lo primero que sabemos de él es que está acostado en un pesebre. Estar acostado es más que una actitud pasiva: es una actitud de tremenda vulnerabilidad. Hoy veo hasta qué punto yo siento terror a la vulnerabilidad y me dejo llevar por la compulsión actuar para compensar. Corro el riesgo de ser atolondrado. Y en este texto siento que Jesús me llama a acompañarlo desde lo más sencillo y aprender que no siempre la solución está en actuar, sino que también en recibir.

Jesús, voy contigo en tu pesebre. Voy contigo y me envuelvo contigo en pañales. Voy contigo a abandonar mi miedo a no ser suficiente. No quiero compensar más mi inseguridad con exceso de acción. Voy contigo a dejar atrás la violencia con la que a veces enfrento a mis hermanos. Voy contigo a abrazar mi pequeñez. Regálame tu sencillez. Haz que tu Madre me proteja. Que tu Madre me alimente. Que tu Madre me cobije. Que tu Madre me eduque suave y sabiamente para que yo aprenda a dejar actuar la Providencia. Perdón por ser tu hermano terco. Te regalo mi corazón. AMÉN

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