Evangelio jueves 22 de diciembre
Jueves 22 de diciembre de 2022 | Sebastián Castaño22 de DICIEMBRE DEL 2022
San Evangelio según San Lucas capítulo 1, 46 - 55
Jueves de la Cuarta Semana de Adviento
María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz". Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre". María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
"En adelante todas las generaciones me llamarán feliz"
Jesús parece decirnos: María es feliz por las grandes cosas que Dios ha hecho en su vida. Y ella canta a Dios en reconocimiento de su bondad, amor y misericordia que tuvo con ella. María canta en alabanza porque El muestra el camino de salvación a los necesitados; canta en acción de gracia, por como El ha bendecido su vida, confiándole ser madre del Hijo del hombre, a pesar de su pequeñez. Arde el corazón de María, llena de gracia, y sale al encuentro de Isabel para compartir ese amor que ha recibido del Padre. Así mismo, el Padre quiere bendecir vuestra vida, para que sean felices como María.
Hoy podría parecer hasta ridículo sentirse necesitado de Dios, un ser supremo, para poder ser feliz en la vida. El mundo nos llena de esa sensación de que todo está aquí y ahora. Este evangelio me llama a parar, a hacer silencio, para reconocer los regalos de Dios en mi vida, para agradecer por la vida, la familia, los amigos, el trabajo, y tantas bendiciones que, a través de la vida cotidiana, Dios me regala. ¿Qué habría sido mi vida sin la presencia, la bondad y misericordia de Dios Padre, Jesús y María?
Querido Señor, hoy te doy gracias por el milagro de la vida que nos regalas día a día. Tu nos invitas a vivir una vida alegre y entregada, generosa en compartir y dispuesta a amar. Ayúdame Señor, porque creo, pero necesito más fe para logar abandonarme y comprometerme con tu camino. En esta Navidad ayúdame a acoger tu corazón de niño y la sencillez de María, para poder ser más desprendido de las falsas seguridades de este mundo, y disponer mi vida a compartir tu amor.
AMÉN