Evangelio martes 25 de julio
Martes 25 de julio de 2023 | Juan Enrique Coeymans25 de Julio del 2023
Evangelio según San Mateo capítulo 20, 20 – 28
Martes de la décimo sexta semana del Tiempo Ordinario
Fiesta de Santiago Apóstol el Mayor
La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante Él para pedirle algo. "¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda". "No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron. "Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a Mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre". Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".
Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria
"El que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes"
Pareciera que el Señor Jesús nos dice: Esta escena que recordaron para siempre mis discípulos es importante y decisiva para ustedes. Pueden ambicionar los puestos de dirigente, de líderes, pero entre ustedes lo que importa es el servicio. Y si no tienen claro que el servicio es la forma de expresar el amor entre hermanos, significa que ustedes no han aprendido casi nada. El camino del amor, es el camino del servicio, de no pensar en uno sino en los demás y esa es la tarea de toda una vida.
La enseñanza de Jesús es cristalina, pero en el corazón de muchos de nosotros, se olvida esta regla fundamental del amor fraterno. Y aparece el orgullo, el ser líder y tener el poder en las manos, y me olvido frecuentemente de lo que el Señor en diferentes ocasiones me dijo con sencillez y fuerza; solo recordar el lavado de los pies en la Última Cena para que tenga grabado en el corazón cual es mi tarea : el amor no con palabras sino el amor fraterno con humildad y servicio.
Querido Señor, te bendigo y te adoro como mi Dios y Salvador. Tú eres la fuente de alegría, porque el servir a los demás, es olvidarse de uno mismo y ayudar a la felicidad de los hermanos. Te pido la gracia de no olvidar nunca que el servicio es la forma fundamental de amar entre nosotros tus discípulos. Señor, dame la gracia de no ambicionar más que estar cerca tuyo en tu compañía como una fuente de agua cristalina que purifica donde pase con su pequeñez y cariño fraterno.
AMÉN