Evangelio miércoles 11 de enero
Miércoles 11 de enero de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga11 de ENERO DEL 2023
Evangelio según San Marcos capítulo 1, 29 - 39
Miércoles de la Primera Semana del Tiempo Ordinario
Jesús salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos. Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando". El les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido". Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.
Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos
"Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando"
Siento como si el Señor me dijera "cada vez que yo hice grandes obras en nombre del Padre, salí pronto a encontrarme a solas con Él. Si quieres obrar cosas en mi nombre, debes tomarte el tiempo de estar conmigo, de conocerme, de llenarte de mi Espíritu. De lo contrario, estarás actuando solamente a nombre de ti mismo, de lo que tú consideras bueno y deseable, pero sin ponerlo realmente a la luz de la voluntad del Padre. Si quieres ser fecundo y construir mi Reino en el mundo, ven hacia mí. Yo te espero y quiero estar contigo, formar parte de lo que haces".
En general siempre siento el deseo de que aquellas cosas por las que me esfuerzo sean un reflejo de la voluntad de Dios en mi vida y en aquellos que me rodean. Pero pese a que tengo ese anhelo permanente, pocas veces me tomo el tiempo de compartir mis decisiones con el Señor, confrontar mis ideas con las suyas, tratar de escuchar su voz para ver si lo que hago es realmente su voluntad, o solamente la mía disfrazada de buenas intenciones. Me avergüenza un poco pensar en cuánto tiempo desperdicio -por ejemplo- mirando mi celular, y lo poco en comparación que me permito estar a solas con Él en la oración.
Señor Jesús, me cuesta tanto darme el tiempo de compartir contigo mis anhelos, proyectos e inquietudes. Siempre encuentro cosas más urgentes de las cuales preocuparme, o distracciones que me roban los momentos en que podría dejar todo y ponerme en tu presencia. Ayúdame a darme esos tiempos de encuentro contigo, a dejar las excusas y sencillamente dejarme inundar por ti y por tu Espíritu; a redescubrir el silencio donde puedo estar solo ante ti, sin el ruido del ajetreo ni las miles de distracciones diarias. Dame la perseverancia de todos los días querer encontrarme contigo y escucharte.
AMÉN