Evangelio miércoles 15 de noviembre

Miércoles 15 de noviembre de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

15 de Noviembre del 2023

San Alberto Magno, obispo y doctor de la Iglesia

Evangelio según San Lucas capítulo 17, 11-19

Miércoles de la trigésima segunda semana del Tiempo Ordinario.

Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!» Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes.» Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y este era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?» Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado.»

"¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?"

Siento como si el Señor me dijera "estás tan ensimismado en tus problemas, en tus expectativas sobre cómo crees que deberían ser las cosas, tan seguro de que tú llevas las riendas de tu vida, que pasas por alto las bendiciones que recibes día a día, asumes que son algo "normal", y no te detienes a agradecer a quien te las da. No pierdas nunca la oportunidad de dar gracias a Dios por todo lo que te regala, no dejes de tener un corazón agradecido que te permita maravillarte por todas las bendiciones a tu alrededor, que son siempre más que tus problemas y preocupaciones".

He tenido una vida bastante privilegiada en muchos sentidos. Si bien he tenido sufrimientos y grandes dolores, nunca me ha faltado nada material, tengo una familia que me quiere y me apoya, buenos amigos, una carrera con altos y bajos pero que me ha regalado muchas satisfacciones. Sin embargo, muchas veces doy todo esto por descontado, como si fuera obvio que esté, y me dejo aplastar o amargar por diversos contratiempos. Hoy el Señor me llama a levantar la mirada, a estar atento a que Él está detrás de todas las bendiciones que recibo, y a experimentar la gratitud profunda que da el saberse un hijo amado.

Señor, si me detengo a contemplar mi vida por un momento, puedo descubrir tantas alegrías, el cariño de tantas personas, lugares que me han marcado, momentos de gozo de distinto tipo; también momentos de profunda tristeza y desolación en los que siempre me sentí acompañado por Ti. Te agradezco por esta historia, por cada persona, lugar y situación donde he podido experimentar tu Amor. Ayúdame a nunca olvidarme de tu fidelidad, de que solo en Ti encuentro mi felicidad y todo mi esfuerzo se hace fecundo. Regálame un corazón agradecido, que rebose de tu Amor para entregarlo a otros.

AMÉN

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