Evangelio miércoles 28 de diciembre

Miércoles 28 de diciembre de 2022 | Osvaldo Andrés Iturriaga

28 de DICIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 2, 13 - 18

Fiesta de los Santos Inocentes, Mártires

Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo. Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise"

Siento como si el Señor me dijera "así como yo estuve en peligro de muerte y debí huir gracias a José, también en ocasiones estoy en peligro de morir en tu interior si es que no huyes de aquello que te separa de Dios. Mira dentro de ti, y piensa en qué cosas te hacen alejarte de la Voluntad del Padre, qué cosas te privan de vivir plenamente. Descúbrelas y toma la decisión de huir de ellas, no sea que terminen esclavizándote o alejándote cada vez más de mí".

Tengo claro que soy muy débil, y que por muchos años mis caídas suelen ser casi las mismas, tanto que, en lugar de enfrentarlas, me resigno a ellas e intento bajarles el perfil. Pero en el fondo, sé que son conductas que achatan mi vida de fe, que afectan la forma en que me relaciono con otros, me encierran en mí mismo y en definitiva terminan alejándome de Dios. Hoy el Señor me invita a tener la valentía de asumir estas debilidades, pero sin dejarme vencer, sino que aferrarme de Su mano y saber "huir" de las situaciones que me lleven a caer.

Querido Señor, a veces me siento tan indefenso como Tú al ser un niño, frente a mis propias debilidades y pecados. Hoy quiero dejarme guiar por esas mismas manos amorosas de tu Sagrada Familia que te llevaron a la seguridad de Egipto, que por la intercesión de María y San José pueda permanecer siempre cerca de ti, que en los momentos difíciles me ayuden a no caer para no perder la comunión contigo ni encerrarme en mí, y así poder llevarte siempre conmigo donde sea que me envíes.

AMÉN

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