Evangelio miércoles 4 de enero

Miércoles 4 de enero de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

4 de ENERO DEL 2023

Evangelio según San Juan capítulo 1, 35 – 42

Miércoles de la Feria de Navidad

Estaba Juan Bautista otra vez allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios". Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús.
Él se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué quieren?". Ellos le respondieron: "Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?". "Vengan y lo verán", les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde. Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías", que traducido significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas", que traducido significa Pedro.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Hemos encontrado al Mesías"

Siento como si el Señor me dijera "¿te has encontrado conmigo últimamente? ¿Has sentido, como los discípulos, esa certeza de estar frente a algo realmente trascendente e importante, frente a lo cual todas las cosas que te hacen perder el sueño y que te roban la paz de tu día a día se ven como banales e irrelevantes? Atesora ese encuentro, piensa qué sucedió, quiénes te acompañaban y qué sentiste, y que eso ilumine tu búsqueda de cada día. Así podrás permanecer conmigo, y enfocarás tus esfuerzos en lo que realmente vale la pena."

Desde niño, el período previo a Navidad siempre fue un tiempo especial, de esperar el inicio de un nuevo ciclo, y el nacimiento nuevamente de Jesús en el Pesebre, en el corazón de mi casa. Si bien de adulto es cada vez más difícil vivir esa preparación interior, la celebración en familia de la Navidad siempre me trae de vuelta a ese "encontrar al Mesías". Hoy el Señor me recuerda que el encuentro con Él no necesita de grandes signos, sino que está en cosas tan sencillas pero a la vez tan profundas, como lo es el reunirse con las personas que desde siempre me han regalado el Amor a través de los vínculos y cariño mutuo.

Querido Señor, gracias por estar presente en mi vida desde mis primeros recuerdos de niñez. Gracias por mis padres, abuelos y tíos, primos y hermanos, que incluso sin saberlo me hicieron experimentar parte de tu Amor a través de los años. Que esta conciencia de tu presencia en las personas más cercanas a mí me sostenga y me haga recordar lo verdaderamente importante, cada vez que las preocupaciones por banalidades me encierren en mí mismo o me hagan sentir que estás lejos.

AMÉN

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