Evangelio viernes 14 de abril

Viernes 14 de abril de 2023 | Alejandra Castelblanco

14 de ABRIL del 20

Evangelio según San Juan, capítulo 21, 1 - 14.

Viernes de la Octava de Pascua

Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres¿", porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"...llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres"

Jesús parece decirnos: cada uno de esos pescados era un regalo. De ahí la importancia del número. Cada uno de ustedes recibe a diario regalos, algunos grandes y otros no tanto. La invitación de hoy es contar esos regalos. Tomar unos minutos para hacer silencio y enumerar cada regalo que recibiste en este día o en el día de ayer si prefieres meditar en la mañana. También quiero pedirte que me cuentes en esos regalos porque hoy viernes 14 de abril, en la octava de Pascua, resucito nuevamente para ti, para traerte nueva vida y esperanza.

Qué reconfortante es poner en primer lugar la Esperanza, confiar en que vienen tiempos mejores. Que Jesús resucita para mí hoy, ahora, para traerme vida nueva, energía limpia que llena el alma de buenos pensamientos y ayuda a mirar con ojos esperanzados el futuro. No quiero perder esa fuerza y creo que es una muy buena idea, acoger la invitación que me hace Jesús: fijarme en los regalos que recibo a diario. Haré el ejercicio para ver si puedo disminuir los pensamientos negativos y cultivar la esperanza.

Querido Señor: acojo con entusiasmo tu invitación a fijarme en los regalos que recibo, a contarlos uno a uno y ponerte a Ti como el gran regalo, como el mejor regalo. Haz que se me note que estoy agradecida, que tengo esperanza y que puedo transmitir a otros la alegría de la Pascua que todavía estamos viviendo y que tan fácilmente olvidamos. María, madre de la Esperanza, sea mi guía y compañía en los momentos difíciles y pide a Dios Trino por mi esperanza.

AMÉN

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