Evangelio viernes 16 de diciembre

Viernes 16 de diciembre de 2022 | Alejandra Castelblanco

16 de DICIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Juan capítulo 5, 33 - 36

Viernes de la Tercera Semana de Adviento

Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para la salvación de ustedes.
Juan era la lámpara que arde y resplandece, y ustedes han querido gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo. Estas obras que yo realizo atestiguan que mi Padre me ha enviado.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto
"... lámpara que arde y resplandece"

Jesús parece decirnos: ustedes están invitados a ser esas lámparas que arden y resplandecen, al igual que Juan. Dar testimonio de la Verdad es convertirse en un guiador de camino en una lámpara que indica dónde ir. Cada cual tiene personas en su camino: sus hijos, sus compañeros de trabajo, su marido, su mujer, sus subalternos...si son capaces de encender la luz de la verdad que hay en sus corazones, ellos, sin duda la verán, y ustedes serán los iniciadores de un camino de esperanza para muchos. Atrévanse, yo estoy pronto a nacer en Belén.

"Encender esa luz", no parece tan difícil, sin embargo, algo no está resultando porque no todos los que están a mi alrededor ven esa luz. Lo primero que pienso es, ser alegre eso contagia y ayuda a iluminar. Pero no es cualquier alegría, creo que debe ser ese gozo en el alma del que se sabe hijo confiado, del que sabe que a pesar que las cosas no resultan, se levanta y sigue adelante. El hijo de Dios está por venir, ¿creo en eso? ¿Siento que esa alegría es permanente? Eso quiero sentir, a ese gozo quiero aspirar.

Querido Señor: me invitas a iluminar, a ser como esa estrella de Belén que mostró el camino a los Reyes Magos. Para encender esa lámpara interior, me pides que sea alegre, que esa sea la luz, para atraer nuevos corazones para que se acerquen a Ti. Gracias por venir como una guagüita que tanta ternura provoca y que conmueve a cualquiera. Que ese gozo permanezca en mí y sea el motor para seguir el camino que me escogiste. Gracias por tu cercanía y espero ansiosa tu llegada de Dios niño en esta Navidad que se aproxima.

AMÉN

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