FRATELLI TUTTI: UN HOMBRE NUEVO PARA UNA NUEVA COMUNDAD… DE HERMANOS TODOS
| Pablo Vidal Castillo Pablo Vidal Castillo
Un futuro donde nos sintamos todos hermanos es- en el fondo- la invitación que el Papa Francisco nos plantea con la nueva encíclica Fratelli Tutti, que junto a Laudato Si y Evangelii Gaudium nos muestran un marco para actualizar nuestra actitud de católicos, orientando holística y magistralmente la que debiera ser nuestra relación con Dios, el medioambiente (la creación) y, ahora, con todos nuestros hermanos.
En sus primeras páginas nos adentra en los grandes dolores que nos aquejan como sociedad, donde una mayor apertura económica no ha globalizado más la hermandad, aislándonos a tal punto que nos sentimos "más solos que nunca"; una humanidad que tiende a negar la historia, buscando continuamente comenzar desde cero; una sociedad donde nos queda las sensación que los Derechos Humanos no son derechos para todos; y una Casa Común donde pareciera ser que tanto la naturaleza y hasta los seres humanos muchas veces nos sentimos descartables.
Pero junto con un duro y desgarrado diagnóstico, propone un modelo esperanzador para actuar basado en la parábola del buen samaritano, un humilde personaje que nos confronta a hacernos una pregunta trascendental como sociedad ¿Quién se hizo prójimo? Y especialmente nos insta a tomar una decisión frente a él ¿Ser la sociedad que se hace cargo o seguir siendo la sociedad que "pasa de largo"? para luego confrontarnos ¿Con cuál opción te identificas?
Fratelli Tutti es mirar el mundo con ojos de samaritano, no temiendo a las diferencias o prejuicios: "ampliemos nuestro círculo, para que demos a nuestra capacidad de amar una dimensión universal capaz de traspasar todos los prejuicios, todas las barreras históricas o culturales, todos los intereses mezquinos". Significa no trabajar solos, ni escatimar en gastos: "El samaritano buscó a un hospedero que pudiera cuidar de aquel hombre, como nosotros estamos invitados a convocar y encontrarnos en un nosotros". Pero especialmente significa ver a la sociedad sin sentirnos superiores sino prójimos, estar dispuestos al servicio sin letra chica: "que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos" y pensar que un pequeño acto transformara el mundo.
Y es en este punto donde se hace casi imposible no hacernos la pregunta ¿No es acaso ese Samaritano un ejemplo del hombre nuevo?
Pero la encíclica no se queda ahí, y nos interpela a revisar nuestras conductas, a renovar la manera de hacer política y economía de modos más fraternos, a fortalecer la amistad interreligiosa y a innovar urgentemente en la manera de relacionarnos entre las naciones poniendo espacial acento en nuestros hermanos migrantes. Pero especialmente nos invita a construir una sociedad donde reine la Paz, en espacial la Paz social que resulta tan compleja de alcanzar en tantos lugares del planeta. Entendiendo que Paz no es ausencia de guerra, sino es propender a la cultura del encuentro de miradas, e invitándonos a siempre perdonar a pesar de no poder olvidar los hechos que han alterado esa Paz "Los que perdonan de verdad no olvidan, pero renuncian a ser poseídos por esa misma fuerza destructiva que los perjudicó"
¿No es acaso ese mundo fraterno, de Paz, nuestra tan anhelada nueva comunidad?
Sin duda es un momento importante en la historia para cimentar el futuro y Fratelli Tutti nos regala las herramientas concretas, reflexiones, pero especialmente mucha esperanza para que, junto a María nuestra madre, alcancemos esa nueva comunidad fraterna en donde todos somos hijos y por consiguiente hermanos todos.
Por Pablo Vidal Castillo