La centralidad de la palabra de Dios

La palabra del Señor, cuya expresión puede variar según la fuente escrita o hablada de donde provenga, esté en el idioma que esté, traducida y adaptada, escenificada, explicada a los niños, a los distintos pueblos y comunidades, es siempre la misma; su esencia es la la revelación de las verdades de nuestra fe. Para ello, Dios se sirve de personas que, a lo largo de los siglos, han puesto sus vivencias por escrito o las han transmitido por tradición oral, y han llegado a nosotros atravesando persecuciones, divisiones, falsas interpretaciones, pero nunca han perdido su esencia. Dios se comunica con nosotros, con todos y cada uno, a través de ella. Y nosotros, iluminados por nuestra fe y en el Espíritu del Señor, podemos, a través de ella, comunicarnos con Él.

Marria Isabel Herreros Herrera
Viña del Mar,chile