México llora

43 jóvenes fueron brutalmente asesinados en México. Muertes que le duelen a un país entero, porque no tienen sentido, y que lamentablemente se suman a una serie de sufrimientos más que se viven hoy en México.

Sábado 15 de noviembre de 2014 | Lucía Zamora

El "día de muertos" es una tradición mexicana que celebramos el 2 de noviembre, y a pesar de ser un día donde recordamos a nuestros difuntos, los hacemos con una inmensa alegría, pues los honramos con hermosos altares decorados con sus fotografías, con objetos o alimentos que en vida ellos sabían disfrutar y con lindas flores de cempasúchil. Podría decir que en todo México, esta celebración es una de las más bonitas expresiones del arte y del sentimiento mexicano. Los encontramos en nuestros hogares, escuelas, edificios de gobierno, hospitales, jardines etc. Realizar un altar es todo un acontecimiento, se venden en calles y mercados las lindas flores amarillas, calaveritas de dulce, banderas de colores de papel picado y la colorida "Catrina" (la muerte como le llamamos acá) luciendo un espectacular sombrero y un hermoso vestido de fiesta. Como ven, es todo un orgullo y regocijo realizar un altar de muerto en México.

Tristemente, este año México no pudo ver la muerte como la vemos cada 2 de noviembre, ahora la misma "Catrina" que en estos días se muestra alegre y colorida, estuvo triste, tratando de entender la desaparición de 43 jovencitos; queriendo a pesar de ser la muerte, encontrarlos con vida. Además, quedo sorprendida al descubrir que en la búsqueda de estos muchachos, se encontraron otras fosas con personas que tal vez nunca sabremos quienes fueron. Ya son casi 30 cuerpos... y lo que falta por descubrir. No es la primera vez, en otra ocasión localizaron 70... de ¿quiénes?...¡nunca lo sabremos!

Si, México llora no solo a 43 muchachos, llora el tráfico de personas, el tráfico de drogas, la corrupción, las muertas de Juárez, el aborto, la discriminación, la pobreza, llora a tantos niños y niñas desaparecidos. Pero el dolor más grande lo ocasionan las consecuencias del miedo, del silencio, de una sociedad en la tibieza, de la falta de solidaridad, y sobre todo...de la falta de fe.

Qué pena que en mi país y en algunas partes del mundo la misma muerte no encuentre el sentido a tantas pérdidas humanas, a tantos corazones llenos de odio y resentimiento; a tantos padres llenos de tristeza y amargura. Parece que la desesperanza se estableció en cada uno de nosotros, queriendo derrotar a aquel que ha quedado de pie a pesar de tanto dolor; sin embargo María no deja de luchar por su misión; por encontrarnos en el camino y llevarnos a convertir este mundo en un mundo digno de su creador. Ella lucha incansablemente por llenar nuestro corazón de esperanza, perdón y misericordia.

Como schoenstattianos tenemos mucho que hacer por México y el mundo. Cada uno de nosotros, en donde nos encontremos... ahí en ese pequeño lugar de trabajo, en la escuela, en la calle, en el hogar, ¡en todos lados!... no dejemos de ser esa "interrogante irresistible" que logremos cultivar en el mudo una cultura de Alianza que despierte corazones, reavive el alma y aclare la mente. Creando personalidades fuertes, libres y sacerdotales, personalidades que regresen a México la alegría de vivir y de servir. Que no se nos olvide tener la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios. Vamos dejándonos encontrar por Él y María Santísima.

Los dejo con una frase del P. Kentenich que me gusta mucho: "Primero hombre, luego cristiano y entonces... verdaderamente hombre".

Comentarios
Total comentarios: 1
17/11/2014 - 23:44:01  
Lucia, gracias por tú reflexión, desde ya comparto tu dolor y de los hermanos mexicanos.
Ya hemos sido de la implacable maquinaria de muerte y también de la inmolación de jóvenes que alzan la voz por las injusticias y se manifiestan resueltamente por la denuncia y el cambio.
El 68, fue la primavera de Praga, el mismo año en París y también en Tlatelolco, luego Tianamen y el Cairo.
Es posible que esto vuelva acontecer, en Chile clamamos un nunca más.
Las estructuras de pecado son las que dan vida a este horroroso circo de la muerte, de sicarios, bandas, y autoridades complacientes y corruptas.
El Padre en Dachau se hizo solidario del sufrimiento y desde el Golgota de su sacrifiicio en Jesús crucificado trabajo incansablemente por un hombre nuevo y nueva comunidad.
Nos corresponde honrar su memoria.
Mis saludos.
Hernán Medina R

hernan medina rueda
Santiago Chile
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