Sintonía en Roma
Si Hay algo que está claro es que el Papa Francisco habla claro. El pontífice latinoamericano es resoluto y, providencialmente, viene a ejecutar reformas ardientemente queridas por Benedicto XVI. Caracterizó el perfil de los ocho cardenales (C8) que eligió como sus asesores en la cuestión de la reforma de la Curia Vaticana: "No son cortesanos, sino gente que sabía que está inspirada por mis mismos sentimientos".
| P. JOAQUÍN ALLIENDE P. JOAQUÍN ALLIENDESi Hay algo que está claro es que el Papa Francisco habla claro. El pontífice latinoamericano es resoluto y , providencialmente, viene a ejecutar reformas ardientemente queridas por Benedicto XVI. Caracterizó el perfil de los ocho cardenales (C8) que eligió como sus asesores en la cuestión de la reforma de la Curia Vaticana: "No son cortesanos, sino gente que sabía que está inspirada por mis mismos sentimientos".
Esta sintonía se suma a notables calidades específicas de los C8 convocados. Tal descripción incluye a un connacional nuestro, el cardenal Errázuriz. Pensándolo, recuerdo al cardenal Silva Henríquez, en los años 80. Salían de una reunión de decanos de Derecho canónico de seis grandes universidades romanas. Errázuriz había sido el expositor de muy nuevas perspectivas para el derecho religioso. Los decanos le habían disparado de vuelta toda su artillería. Al finalizar el debate, don Raúl habló admirado, como jurista que era: "Francisco Javier, te felicito, nos abriste nuevas sendas que hacen avanzar futuras creaciones del Derecho Canónico".
Me atrevo a opinar que en esto hay un fuerte cardenal Errázuriz. Ya Juan Pablo II se percató de este talento del cardenal chileno. Ocurrió con un asunto que parecía sin solución y era muy doloroso para el beato Juan Pablo II. Destacados expertos habían tratado en vano de redactar una nueva legislación para las Carmelitas Descalzas. El entonces arzobispo Errázuriz y sus asesores prepararon una estructura jurídica que pacificó los ánimos, proponiendo un cauce institucional actualizado a esa gran familia carmelitana, que lo asumió como propio.
Algunos han llamado al cardenal Errázuriz "relojero" por la forma prolija, y hasta lenta, en que trabaja. El resoluto argentino y el prolijo chileno se habrán sumado, en Roma, fecundamente, en esta semana del C8.
P. JOAQUÍN ALLIENDE