Una nueva Iglesia, el legado de Benedicto XVI
Benedicto XVI escogió un dia frio y gris para anunciar al mundo su renuncia al trono de Pedro. Deja a sus 85 años una iglesia que no pudo cambiar al interior de su rigida estructura. La dimisión de Benedicto XVI deja las bases para nuevas formas de elegir a un papa y conformar una nueva estructura cardenalicia para el futuro cónclave. La iglesia del nuevo milenio se proyectará sobre estos pilares, así como la nueva evangelización, iniciada en octubre pasado.
| Marcel Gonzalo Unzueta Marcel Gonzalo Unzueta
Benedicto XVI escogió un dia frio y gris para anunciar al mundo su renuncia al trono de Pedro. Una cuestión no poco compleja para el derecho canónico. Antes de Juan Pablo II era imposible pensar y aplicar el derecho a renunciar y permitir la presencia de dos papas en la tierra, la jerarquia y el mundo catolico.
Benedicto XVI deja a sus 85 años una iglesia que no pudo cambiar al interior de su rigida estructura, con culpas cometidas por sus sacerdotes, en lo que es considerada una plaga monstruosa como la pedofilia. A ello se suman las luchas de poder con la alta jerarquia eclesiástica italiana y cartas que hablan de graves casos de corrupción.
Gran parte de los cardenales italianos no aceptó de buen grado la elecciòn de Ratzinger. Sólo un hombre de la talla intelectual del cardenal Carlo Maria Martini allanaría su elección, la cual, no obstante sería calificada como transitoria debido ,justamente, a la edad de Ratzinger. Pero, como Juan XXIII - uno de los más grandes teólogos del Novecientos- la dimisión de Benedicto XVI deja las bases para nuevas formas de elegir a un papa y conformar una nueva estructura cardenalicia para el futuro cónclave. La iglesia del nuevo milenio se proyectará sobre estos pilares, así como la nueva evangelización, iniciada en octubre pasado.
"Es necesario realizar una limpieza", fueron sus palabras durante su primera celebraciòn de Semana Santa. El entonces cardenal Ratzinger, que escogió el nombre del santo que evangelizó Europa, deja el pontificado sin haber logrado sus objetivos, cansado, anciano y sin las fuerzas necesarias para guiar el timon de la barca de Pedro, que navega en aguas turbulentas. Se convertirà en ex-pontifice, el 28 de febrero próximo.
Es la primera vez que sucede en la Iglesia Católica. Antes de Benedicto XVI, el papa Celestino fue el primero en renunciar, rehusando asumir las responsabilidades espirituales asignadas, pero después de algunos dias de meditación regresó a Roma. No obstante, el ultimo pontifice en renunciar a su cargo fue Gregorio XII para terminar con el cisma de occidente.
Benedicto XVI anunció su dimisión con las palabras citadas anteriormente en SchVivo.
Ellas comenzaban con los siguientes párrafos:
"Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado".
UN MUNDO SIN DIOS
Una de las preocupaciones centrales de Ratzinger era la situación de la humanidad de hoy (que vive la íltima de las revoluciones: la tecnológica) y su acercarse a la fe.
"Un desierto de sentimientos se expande entre la humanidad. A partir de la experiencia de este desierto, de este vacío es que podemos nuevamente descubrir la alegria de creer, su importancia vital para nosotros hombres y mujeres", diría Benedicto XVI en octubre pasado, al conmemorar los 50 años del Concilio Vaticano II.
"Qué significa una vida, un mundo sin Dios. Al tiempo del Concilio ya se podía saber de algunas páginas trágicas de la historia, no obstante hoy lo vemos cada día entre nosotros. Es el vacío que se difunde", agregaba.