Una pieza importante...un regalo de amor
Un relato testimonial de la noticia más importante que tuvo Schoenstatt en el último tiempo. Una visión de este gran regalo que recibió el Movimiento. Un llamado a ser testigos vivos de este nuevo hito en la historia.
| Lucía Zamora Valero Lucía Zamora Valero
Una pieza importante...un regalo de amor
Un relato testimonial de la noticia más importante que tuvo Schoenstatt en el último tiempo. Una visión de este gran regalo que recibió el Movimiento. Un llamado a ser testigos vivos de este nuevo hito en la historia.
Hace unos meses mi familia y yo nos dimos a la tarea de armar un rompecabezas de 1000 piezas. Ya teníamos años de no hacerlo. Iniciamos uno de mis hijos y yo, después siguió mi marido y en unos días ya estábamos toda la familia y algunos amigos entusiasmados con el rompecabezas. En ocasiones nos encontrábamos todos juntos, seleccionando y uniendo piezas, conversamos, reímos y organizamos el mundo entero. La experiencia fue muy bonita, pues logramos convertir 1000 piezas en un lindo paisaje, y un lindo paisaje se convirtió en... diálogo, alegría y colaboración. Hoy regresaron a mi mente estos momentos de familia.
Antes de recibir la noticia por Facebook de la donación del Santuario Original por parte de los Padres Pallottinos, recibí por el mismo medio una imagen de los Santuarios que hay en el mundo, y pude ver infinidad de puntitos rojos por todo el mapa. Un par de horas más tarde, llegó la noticia. Me regresé a esta imagen... ¡qué alegría! Llegó una de las piezas más importantes de un rompecabezas que se inició justo ahí, en ese pequeño lugar, transformado por un Sacerdote que creía en los jóvenes, que amaba por sobre todas las cosas a María, que sabía que esto se convertiría en un paisaje de alegrías, tristezas, aventuras y mucho amor; que confiaba en la Divina Providencia y en el trabajo de los hombres y mujeres que poco a poco, con esfuerzo y dedicación, fueron armando un paisaje de muchísimas piezas, regalando parte de su vida o la vida entera al Movimiento.
Qué alegría saber que al paso de los años muchos de nosotros nos hemos involucrado en este plan de Dios, colocando piezas de amor y gratitud a Él y a María; que nunca perdimos la esperanza de sentir nuestro el Santuario Original. La pieza que dio inicio a la transformación de muchos corazones, que dio inicio hace casi 100 años a un querer cambiar el mundo, a un querer encontrar a Dios en nuestra vida, y a un querer formar una gran familia.
No cabe duda... cuando Dios nos quiere sorprender... ¡nos deja sin aliento! Sigamos armando este hermoso y gran paisaje. Todos somos parte de él, todos somos una familia, y a pesar de estar por el mundo entero, cuando recibimos una linda noticia, nos unimos en la alegría y en el entendimiento, logrando fortalecer nuestra fe... queriendo alcanzar el mismo cielo.
En el transcurso del día, como hermanos de Alianza nos hemos estado comunicando para expresar nuestras emociones. Las redes sociales se han transformado en una mesa de diálogo, compartiendo el júbilo, de haber recibido un regalo de nuestra Mater y de la buena voluntad de los Padres Pallotinos. Llegó el día que Dios tenía planeado, para regalar esta pieza a Schoenstatt y alegrarse desde el cielo al ver cómo poco a poco se va formando el paisaje que Él siempre ha querido, un paisaje donde reine el amor, la gratitud y la entrega. Ahora nosotros somos parte de él, somos piezas importantes, que se unen para hacerse una sola imagen. Ahora también somos testigos este nuevo Hito....