El robo de la Corona - Parte 1 - Mensaje del p. Rafael Fernández
Mientras el Papa Francisco estaba de visita en Chile, una pareja de delincuentes fuertemente armados entró al Santuario Nacional de Bellavista y se robó la Corona que estaba sobre la Mater, corona que el mismo padre Kentenich había puesto ahí. El padre Rafael Fernández recuerda el contexto histórico de cuando se produjo esa coronación y lo que sucede hoy con la Iglesia.
Sábado 20 de enero de 2018 | P. Rafael FernándezCORONACIÓN la MISIÓN DEL 31 DE MAYO
1. TEXTOS DE CARTA DE P. KENTENICH A MONS. JOSEF SCHMITZ, MAYO 1952
(Ver: En Un Paso audaz, pp. 199-201 )
La historia posterior al 31 de mayo de 1949 – coronación
De la historia posterior al acto del 31 de Mayo, quiero señalar tres fechas. En Pentecostés, el 5 de junio de 1949, es decir, apenas unos días después del solemne acto del 31 de Mayo, coronamos a la Santísima Virgen en el santuario filial de Chile. Lo hicimos, y no en último término, para poner simbólicamente bajo su amparo la difícil lucha que nos esperaba en el ámbito público eclesial.
Este tipo de coronaciones siempre equivalen para nosotros a una renovación de nuestra alianza de amor original. Por la coronación nos reconocemos totalmente dependientes de la Santísima Virgen, nuestra aliada. Tal como lo expresa la oración de consagración, le entregamos a ella la última responsabilidad, e impulsados por la conciencia de ser instrumentos y misioneros, continuamos nuestro camino con valentía, y llenos de paz y seguros de la victoria. Así lo hicimos en tiempos de la persecución nazi[1] y salimos bien del paso. Así lo hemos hecho también desde el 31 de Mayo y el 5 de Junio de 1949. Con esto el "Mater perfectam habebit curam" [2] adquiere cada vez un nuevo contenido y un mayor significado.
Arma principal en la lucha - Glorificación de la Santísima Virgen
Nuestra arma principal consiste en destacar, en cualquier circunstancia, la persona de la Santísima Virgen, en toda su luminosidad, para manifestar así sus magnificencias al mundo. Lo hacemos para inducirla, en el sentido de la consagración o coronación, a que se muestre y se glorifique ella misma, visible a lo lejos- en la Familia de Schoenstatt que es signo de su poder, su bondad y su sabiduría especiales. De ahí que nuestra oración predilecta sea: ¡Clarifícate! ¡Clarifícate! Si se nos roba el honor[3], le damos a ella el honor, convencidos de que ella tomará en sus manos la tarea de salvar nuestro propio honor. Así se realizan las palabras de Pallotti: "Ella es la gran Misionera -nosotros podríamos agregar: nuestra gran Defensora-ella hará milagros" [4]. (…)
Con esto le revelo el secreto de mi propia imperturbable tranquilidad y seguridad. Desde que la lucha alcanzó su punto culminante, hará unos quince meses, no hago otra cosa que proclamar en todas partes, en charlas o en la dirección espiritual, las alabanzas a nuestra Madre y Reina tres veces Admirable de Schoenstatt. Es y será su asunto luchar y vencer por su causa. ¡Hasta este momento no nos ha decepcionado ni lo hará tampoco en el futuro! ¿Comprende usted mejor ahora, desde esta perspectiva, mi preocupación ante la temida expulsión de la Santísima Virgen de nuestro santuario original y de nuestros corazones?
2. TEXTOS DE CARTA DEL P. KENTENICH AL P. REGIONAL CARLOS SEHR, 21 DE MARZO DE 1951)
(Ver: Un paso audaz, pp. 204, 206, 220 y 221)
En confianza, en alianza de amor
A quien acepta estas pruebas no le resultará difícil repetir con plena confianza apelando a la alianza de amor: “Mater perfectam habebit curam!”. O bien podrá cantar con profundo convencimiento, teniendo en cuenta la coronación realizada el 5 de junio de 1949:
Vencemos, porque morimos.
Vencemos, porque estamos siempre en pie.
Tu reino y tu corona jamás perecerán.
Por eso te cantamos:
¡Salve, amada Reina de Schoenstatt!
Tu reino marchará glorioso
a través de los tiempos”[5].
Urgencia de la situación - María requiere nuestra ayuda
Durante años y decenios se han probado otros caminos, pero ninguno de ellos condujo a la meta. Las circunstancias se han atrasado y endurecido tanto con el paso de la historia, el camino está tan obstruido, que cualquier otro intento también está destinado al fracaso. Al mismo tiempo, el enemigo mortal del cristianismo se encuentra a las puertas de Alemania, dispuesto a asaltar en cualquier momento. La Madre y Reina tres veces Admirable de Schoenstatt, en su desvalimiento, nos pide ayuda; sin ella no puede y no quiere visitar ni conducir al redil al pueblo alemán de un modo suficientemente eficaz. ¿Quién tiene, entonces, el valor de rehusarse a colaborar con ella? Por lo demás, lo mejor será esperar tranquilamente el veredicto de la historia.
Por el momento no podemos hacer otra cosa que avanzar, a través de la oscuridad, hacia la luz, hacia el sol. No debemos quedarnos a medio camino para que nos pase -hablando simbólicamente- lo que a la mujer de Lot. (Ver Gén 19,26) (…)
¡Piense en el 31 de Mayo y en el 5 de Junio de 1949! No olvide lo que entienden ambas fechas por "contracorriente". Ambas aducen, como fundamento de la rectitud de la interpretación del deseo divino, la "ley de la puerta abierta". Ambas aseguran la protección y bendición divinas por medio de la solemne entrega de la "Respuesta" a la Madre tres veces Admirable y por la coronación realizada en ese mismo sentido. (…)
Con esto, el 31 de Mayo de 1949 ha sido delineado suficientemente en cuanto a su carácter propio, a la repercusión que ha tenido hasta el momento y a su proyección hacia el futuro. Quien lo comprenda, quien lo interprete a la luz de la fe, debería sentirse movido a arrodillarse y rezar el Himno del Instrumento…
3. TEXTOS DE PLÁTICA DEL P. KENTENICH SOBRE EL 31 DE MAYO Y LA MISIÓN SALVÍFICA DE OCCIDENTE, DIRIGIDA A AL CONSEJO DIOCESANO AMPLIADO DE LA FAMILIA DE SCHOENSTATT DE LA REGIÓN BADENSE, 4 DE SEPTIEMBRE DE 1967
(Ver Un Paso Audaz, pp. 407-408)
31 de Mayo de 1949: preparar el camino a la Santísima Virgen
Les puedo conceder que muchos riesgos asumidos en la historia de nuestra Familia -sobre todo el más peligroso, que tiene que ver con el 31 de Mayo de 1949- parten de la siguiente reflexión: según mi convicción, la Santísima Virgen tiene desde Schoenstatt la gran tarea y misión de formar y plasmar la nueva imagen de hombre para el tiempo venidero, y de mostrarse como la gran educadora para la Iglesia en la ribera de los tiempos novísimos.
Sí, ella tiene esa gran misión. Ella ha debido pronunciar su fiat al inicio de la salvación, y si hoy vivimos una nueva etapa de la historia de la salvación, se repetirán las antiguas constantes. Entonces también la Santísima Virgen deberá repetir su fiat. Si ella no lo repite, no se realizará ciertamente tampoco la otra palabra: "verbum caro factum est" (Jn 1,14), "el Verbo se hizo carne".
Ella tiene que pronunciar, pues, el fiat. Y nosotros hemos visto íntegramente nuestra tarea en arrastrar el carro de batalla y de victoria de la Santísima Virgen al centro de las luchas espirituales modernas, con más razón aún a los enfrentamientos con el colectivismo o bolchevismo.
[1] Se refiere a la coronación de la Santísima Virgen, realizada en el santuario original, el 10 de diciembre de 1939, durante el régimen nazi.
[2] Ver nota n. 8.
[3] La persona del P. Kentenich, en el contexto de la visitación apostólica, no quedó libre de calumnias, como sucedió tantas veces con otros portadores de una misión especial a lo largo de la historia de la Iglesia. Su actitud personal frente a esta situación la testificó él mismo en una carta fechada el 18 de noviembre de 1951: "Quien tiene una misión fuera de lo común, debe estar dispuesto a soportar pruebas igualmente fuera de lo común. El mundo y la Iglesia tienen derecho a exigirlas y también a imponerlas. No deben indignarnos los medios que se usen para ello, incluso cuando se es privado del honor, privado del derecho o desterrado".
[4] "¡Oh, cuántos milagros hará nuestra querida Señora! ¡He ahí a la Gran Misionera!". San Vicente Pallotti solía decir estas palabras cuando eran enviados nuevos misioneros. Ver: J. Frank, Vinzenz Pallotti, 2 Bd, Friedberg 1862, p.493.
[5] Himno schoenstatiano alemán: Du Herrin aller Himmel!, primera estrofa.
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Siento que la Mater nos dice a cada uno ¡sean ustedes mi corona viviente! Hay tantos corazones que no conocen el amor de nuestra Madre y nosotros lo tenemos todo. La Alianza de Amor es el todo que debemos dar al mundo el inmenso regalo que se nos ha confiado y que con alegría y gratitud debemos dar a conocer más y emprender la misión de María para estos tiempos.
Ella es la Gran Misionera, Ella obrará milagros.
Dolores
Argentina
Teresita Bizzozero
argentina
GRACIAS!!.
Estoy seguro que, de haber tenido unos minutos más, hubiera agregado: ¿porqué Dios permite QUE DEJEN la Cruz de la Unidad?? Todo esto no va a seguir SIN CRUZ; la va a tener "agregada". Y obviamente, lo que viene, requiere UNIDAD.. Gracias. La Mater lo cubra, nos cubra, con su manto!!
Diego Santos
Paraná, Argentina..
Diego Santos
Parana, Argentina
Carmen Delia Sepulveda Perez
Chile