Entre lobos y ciervos

Desde niños se nos hace ver a los ciervos como criaturas inofensivas y tiernas, mientras que los lobos son sinónimo de ferocidad y peligro. Sin embargo muchas veces los ciervos hacen un gran daño, mientras los lobos son imprescindibles para el ecosistema. ¿Cuáles son los ciervos y los lobos en nuestra vida?

Martes 26 de mayo de 2015 | Lucía Zamora

Hace unos días, vi un documental en Internet..."Como los lobos cambian los ríos" el cual es un ejemplo muy claro de cómo funciona la cadena alimenticia y el impacto que tenemos todos los seres vivos en ella. Aquí nos explica claramente como el parque Yellowstone de los EEUU, fue rescatado cuando soltaron a 14 lobos en este lugar ya destruido por los ciervos, pues la cantidad de estos animales creció sin medida, dejando sin hogar a una gran cantidad de animales silvestres.

Cuando llegan los lobos, comienza a cambiar todo... disminuye la cantidad de ciervos, y los que sobreviven corren hacia otros lugares para ponerse a salvo. Es así como la tierra que dejan estos "inofensivos" animales comienza a dar vida nuevamente, no crecía nada porque todo se lo comían. Con el paso del tiempo los pastizales comienzan a crecer hasta convertirse en bosques de álamos y sauces, los cuales dan hogar a cientos de aves, de roedores, insectos y millones de micro organismos, que a su vez dan vida a otros seres. Pero lo más sorprendente fue, que los ríos cambiaron su comportamiento, pues disminuyó la erosión de la tierra estabilizándola, y fue así como los canales se estrecharon formando más lagunas y creciendo más tramos de rápidos en los ríos. Todo esto por la llegada de 14 lobos. Es algo verdaderamente asombroso.

En la vida pasa algo semejante. Permitimos que lindos e inofensivos ciervos, lleguen a nosotros. Los dejamos crecer de manera desmedida, y poco a poco se va dando una inconsciente deforestación de humildad. Pues, cuando nos llegan en abundancia lindas atenciones y muestras de cariño, nos sentimos tan bien que es muy fácil caer en la soberbia, en la incapacidad y porque no decirlo...en la desobediencia.

¿Qué daño pueden hacer estos inofensivos animales?... Son lindos, aparentemente no hacen daño, los relacionamos con gracia, ternura y delicadeza. ¿Por qué enfrentarlos a 14 lobos?... si lo vemos así nada más, podríamos decir que es una crueldad. Sin embargo, las consecuencias a causa de su presencia fuero extraordinarias.
Alguna vez escuche a un Sacerdote decir que "de cariño también se peca". Nos pasa mucho a los padres de familia, sobre protegiendo a los hijos, causándoles un gran daño. Qué bien se siente y que necesarias son esas muestras de cariño, sin embargo, para que los ríos de sencillez, humildad y misericordia corran por nuestra sangre, es necesario dejar entrar a aquellos lobos que ahuyentan a esos cervatillos que van dejando sin alimento el alma. Es doloroso, no lo puedo negar, pero finalmente, son los que nos dejan con los pies bien puestos en la tierra y el corazón un tanto lastimado, al alcance de las manos de Dios.

¿Estamos consientes que en ocasiones necesitamos de estos animales en nuestra vida? Estos lobos que nos hablan de frente, con la verdad en la mano, con la firmeza en el rostro y en el corazón. Lobos, que quieren quitar algunos ciervos de encima que no dejan salir lo mejor de cada uno de nosotros. Feroces animales que no se ocultan, que respetan al otro y que trabajan en manada. Estos temibles mamíferos, muchas veces son relacionados con el mal, sin embargo son criaturas de Dios, necesarios para el equilibrio de un ecosistema que increíblemente favorece a todo el planeta.

En Schoenstatt los ciervos y los lobos juegan un papel importante ¿Qué hubiera sido del movimiento sin estos animales que logran encausar los ríos? ¿Qué hubiera sido del mismo P. Kentenich sin un 20 de enero? o ¿un 31 de mayo?... la historia sería diferente, tal vez no estarían leyendo esta columna, pero aquí estamos, tanto ustedes como yo...apostándole a lo mismo... a lo que el P. Kentenich anhelo para lograr un mundo nuevo, un sueño que nos compromete a cada uno de nosotros con el mismo Dios.
Debemos continuar con la lucha interior entre lobos y ciervos, que seguramente dejaran fluir los ríos de humildad y sencillez que necesita Schoenstatt, para seguir dando vida a un hábitat lleno de convicciones, acciones y de muchos corazones que simplemente desean... la mirada Dios.

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