¿Qué es mejor para educar: juntos o separados…?

Los que están contra la educación separada, dicen que antes que separar los sexos es mejor defender una educación que fomente el respeto de los derechos y libertades fundamentales, la igualdad de trato entre hombres y mujeres y, por ende, la igualdad de oportunidades. Por otra parte, en los que defienden la educación segregada hay una cuestión más de valores y principios - que llegado el momento pueden ser subjetivos- que una cuestión netamente biológica. 

| Mario Requena Mario Requena

Anne Moir, doctora en Genética por la Universidad de Oxford, es autora del libro "Brain sex: The real difference between men and women", donde explica los beneficios de educar a niños y niñas por separado en función de las diferencias neurológicas entre ambos sexos. Ella sugiere que es contra producente la expansión de la educación mixta, debido a que cada sexo tiene diferentes capacidades innatas y diferentes velocidades a la hora de aprender y madurar. Como solución propone educar por separado para precisamente centrarse en mejorar las deficiencias y ventajas neurológicas propias de cada sexo, con el objetivo de que al final ambos sexos tengan las mismas capacidades.

Es un punto de vista interesante, que es defendido a rajatabla por los colegios del Opus Dei y otras organizaciones mayormente religiosas. Por su parte, en Schoenstatt se ha encontrado una solución salomónica haciendo que los chicos se mezclen en varias actividades, pero más en el orden social, y permanecen separados en la mayoría que son de orden académico.

Pero si vamos a los aspectos sociológicos y de principios dentro de una sociedad, la idea es que una persona no se pueda discriminar por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

En ese sentido, los que están contra la educación separada, dicen que antes que separar los sexos es mejor defender una educación que fomente el respeto de los derechos y libertades fundamentales, la igualdad de trato entre hombres y mujeres y por ende la igualdad de oportunidades. Por eso, la mejor opción educativa sería una en que, desde un inicio, hombres y mujeres se educan y conviven en la misma aula como la mejor garantía para aprender a convivir, a respetarse mutuamente y a asumir y valorar en positivo las diferencias entre hombres y mujeres. El separar los sexos, en ese sentido, lo único que haría es reforzar las aparentes fortalezas de cada sexo, pero también refuerza las debilidades de cada uno, haciendo que el resultado sea más bien precisamente lo contrario. La cuestión sería aún más clara si se está ante el hecho que, de todas maneras, en el mundo de la universidad y del trabajo, trabajarán juntos y en muchos casos incluso se competirá.

El criterio tendría el mismo principio que sugiere que hay que incluir lo más que se pueda a los chicos con discapacidades en las aulas de niños normales, precisamente por el beneficio mutuo que esto conlleva.

Por otra parte, las estadísticas de Estados Unidos, España y Bolivia -que son las que consulté- nos dicen que en término de aprovechamiento académico, las chicas superan ampliamente en resultados a los chicos en todas las materias. Por tanto, los que estarían siendo perjudicados en esto de la separación de sexos serían los chicos. En el caso concreto de Estados Unidos, los estudios demuestran que la separación de sexos mejora el rendimiento de hombres y mujeres sólo en las clases sociales más bajas, y esto se debe a los problemas que son propios de estos hogares, que impiden que tanto chicos como chicas rindan bien.

En ese sentido, los que están contra la educación separada arguyen que sus defensores piensan que los chicos (as) son robots a los que podemos conectar y desconectar funciones según nos convenga. Pero el hecho es que se recibe educación tanto en casa como en el colegio, y no se puede desconectar las funciones sociales dejándolas solamente para la casa, peor aún cuando en esas casas la presencia del varón es casi nula. El aprendizaje es un continuo y en ese sentido en la escuela también se debe educar al individuo para vivir en sociedad, al igual que en casa.

Otra cosa interesante que se encontró, por lo menos en España y Estados Unidos – y creo que también sucede en Chile- es que los que defienden la educación segregada, políticamente pertenecen casi en su totalidad a los partidos conservadores, con lo que en este análisis se estaría llegando a la conclusión que en esta cosa de la educación disgregada por sexos, hay una cuestión más de valores y principios que, llegado el momento, pueden ser subjetivos, que una cuestión netamente biológica, que si bien es real, no sería suficiente para justificar que la educación separada por sexos sea mejor que la no disgregada.

 

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