Visita del Papa a México
Nuestra columnista mexicana Lucía Zamora, resume lo que ha sido la visita del Papa Francisco a su país. Un viaje marcado por momentos estremecedores, emotivos discursos, y encuentros del Santo padre con indígenas, migrantes, jóvenes, enfermos y las familias de México.
Jueves 18 de febrero de 2016 | Lucía ZamoraMéxico siendo un país de canto y flor, está en estos momentos pasando por una crisis económica muy fuerte; por una pobreza de valores que poco a poco ha ido destruyendo una sociedad ya débil por los actos de corrupción de nuestros gobernantes. Existe resentimiento con la Iglesia, por acciones de algunos Sacerdotes, que no supieron cómo abordar problemas tan delicados, con las personas indicadas. El país la está pasando mal, por lo tanto, está molesto y ahora con la visita del Papa, aparecen justo en las redes sociales una variedad de comentarios, tratando de manchar su imagen; sin embargo, sus palabras y gestos de cariño hacia un pueblo lleno de cicatrices y lastimado en su dignidad, han logrado minimizar estas cadenas de ignorancia, llenando los corazones de esperanza y energía para continuar la obra de Dios con más fuerza. Esto es lo esencial de su visita... sacudirnos la "resignación" para seguir luchando por la misión de Cristo a pesar de las injusticias.
Hay mucho de qué hablar en esta ardua jornada del Papa Francisco, pero solo relataré los momentos que hicieron estremecer no solo a mi gente, sino al mundo entero, pues ver caminar por tierras mexicanas a nuestra Santidad, deja un nudo en la garganta y una que otra lagrima por la mejilla. Ha sido un viaje de emociones, con la mirada puesta en los más necesitados: los indígenas, migrantes, jóvenes, enfermos y las familias.
En el segundo día de trabajo, con cautela pudo reunirse con políticos y jerarcas de la Iglesia, para hablar con firmeza de actos no cristianos, tales como la corrupción, el materialismo y la violencia. Fueron discursos suaves en forma, pero enérgicos en contenido con la esperanza de tocar corazones y rescatar poco a poco a nuestro país, de la miseria humana. Habló con Obispos y políticos (discursos separados) pero su mensaje fue claramente para el pueblo mexicano, pues vimos a un Papa que le duele México y que entiende con el corazón nuestra realidad.
El sábado por la noche, solo, bajo la mirada de la Santísima Virgen de Guadalupe, abrazó a mi Patria y fue fluyendo su cuerpo y su espíritu hasta entregarse totalmente a cada persona que se cruzaba en su camino. Dejó admirar sus abrazos, sus gestos de asombro y sus inesperadas paradas, para encontrarse con personas, tal como sucedió con un grupo de religiosas y de enfermos. Cosas así... ¡sorprendentes! de las cuales, tanto su chofer, como sus guardias se han ido acostumbrando.
En Chiapas su encuentro con los indígenas fue sublime, se reunieron dos culturas, tres lenguas nativas y el castellano en una sentida y hermosa ceremonia envuelta en guitarras y marimbas. Fue una Homilía que regreso la fe y la esperanza a estos pueblos olvidados por el mundo. En su discurso con las familias en Tuxtla Gutiérrez, pude percibir que él también se contagio de esa emoción, al momento de escuchar los testimonios de cuatro familias. Historias de vida que hablaron de una Iglesia que sigue luchando por cobijar a una sociedad que camina sobre un hilo desgastado por la incertidumbre. Fue un encuentro donde se le vio contento y agradecido, tal vez porque a pesar de todo lo que se escucha de mi país, descubrió que su gente, sus Obispos y Sacerdotes trabajan a la luz de la palabra de Dios, entregando lo mejor de sí mismos, acogiendo con misericordia los errores humanos.
En Morelia se reunió con cientos de jóvenes, pidiéndoles no caer en la tentación de la "resignación" poniendo el corazón en las manos de Dios, para regresar a sus vidas la esperanza, a una juventud que ahora no sabe qué hacer. Después de una hermosa predica, los jóvenes le obsequian a Francisco una linda canción, la cual es su favorita, cantando con ellos y disfrutando de la alegre juventud mexicana.
En la Homilía con Sacerdotes y religiosos pronuncio un dicho verdaderamente hermoso "Dime cómo rezas y te diré cómo vives, dime cómo vives y te diré cómo rezas, porque mostrándome como rezas, aprenderé a descubrir el Dios que vives, y mostrándome cómo vives aprenderé a creer en el Dios que rezas". Con esto, los llamo ser testimonio de una vida en oración.
Último día, hoy miércoles 17 de febrero, llega a uno de los Estados más sufridos y peligrosos de México... Ciudad Juárez. Penúltimo encuentro... ahora en la cárcel, con los reos, los que sufren sus acciones en un lugar tristemente retirado de la rehabilitación. Les entrega un mensaje que va más allá de la esperanza; va directo al sentir humano; al corazón arrepentido de una persona como cualquier otra. Resumo el encuentro, en esta linda frase que pronuncio como regalo a estos hombres y mujeres que pagan sus culpas: -Cada que entro a una cárcel me pregunto... ¿por qué ellos y no yo?...
Santa Misa en "El Punto" Ciudad Juárez, frontera entre Estados Unidos y México, el último encuentro con mexicanos, centro americanos, y estadunidenses. En este lugar quiso experimentar la sensación de un ser humano vislumbrando un mundo nuevo. Nuestro Francisco caminó por la línea fronteriza, subió una rampa frente al Rió Grande, peregrinando como los migrantes, hasta encontrarse con una Cruz rodeada de zapatos y sandalias de aquellos que han dejado su vida tratando de alcanzar sus sueños. Justo en este punto se detiene a orar en silencio, para luego, desde la distancia, dar la bendición a migrantes que se encontraban en ambos territorios, divididos por un enrejado doble.
El Papa Francisco, camina por el mundo, encontrándose con hombres y mujeres que en el trayecto de sus vidas han experimentado el amor de Dios. Lo han hecho participe de estas historias, las cuales lo han nutrido hasta convertirlo en el hombre que es; un hombre que busca el encuentro con el otro, que no intenta dar la lección, solo camina, mira desde lo más profundo del corazón y con su mirada llena de misericordia pide al Espíritu de Dios le conceda las palabras de aliento, para regresar la fe y la esperanza a pueblos que como México sufren el abandono de sus gobernantes.
En estos días de júbilo, tristemente mi país no hizo tregua, siguieron apareciendo crímenes en las noticias, pero estoy segura que esta jornada, que con tanto esfuerzo y amor, nuestra Santidad ha hecho, dejó una semilla a las nuevas generaciones, una semilla que dará grandes frutos de Misericordia a un hermoso país hecho de flor y canto.
Fuente imagen: Info7.mx
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John Hitchman
USA