Vísteme despacio que estoy apurado

Han pasado casi 6 meses desde mi último artículo, tiempo que tomé para salir del bosque y poder ver los árboles. En ese sentido, con la restricción del espacio que nos sugieren los editores, a partir de ahora, mis columnas mensuales tratarán de dar contexto e información a los hechos que están sucediendo en este mundo cada vez más revoltoso e impredecible. El lector, como siempre, se queda con la última palabra, pero espero que los datos que acá se entreguen ayuden a afinar su opinión. Un tema que está candente es la educación en Chile y la impresión que se tiene es que se están pidiendo soluciones que van a curar los síntomas, pero están muy lejos de curar la enfermedad. De ahí que, para encontrar las soluciones, se debiera aplicar el sentido de la frase que encabeza esta columna, que ha sido adjudicada a varios protagonistas de la Historia, entre ellos Napoleón Bonaparte, quienes la usaron cuando las cosas que debían hacer (o enfrentar) las ejecutaban con mucho cuidado, más aún si el resultado que se necesita es urgente... (Pinche la imagen para leer completo y ver los comentarios al final del artículo.)

| Mario Requena Pinto (Bolivia) Mario Requena Pinto (Bolivia)
Han pasado casi 6 meses desde mi último artículo, tiempo que tomé para salir del bosque y poder ver los árboles. En ese sentido, con la restricción del espacio que nos sugieren los editores, a partir de ahora, mis columnas mensuales tratarán de dar contexto e información a los hechos que están sucediendo en este mundo cada vez más revoltoso e impredecible. El lector, como siempre, se queda con la última palabra, pero espero que los datos que acá se entreguen ayuden a afinar su opinión.

Un tema que está candente es la educación en Chile y la impresión que se tiene es que se están pidiendo soluciones que van a curar los síntomas, pero están muy lejos de curar la enfermedad. De ahí que, para encontrar las soluciones, se debiera aplicar el sentido de la frase que encabeza esta columna, que ha sido adjudicada a varios protagonistas de la Historia, entre ellos Napoleón Bonaparte, quienes la usaron cuando las cosas que debían hacer (o enfrentar) las ejecutaban con mucho cuidado, más aún si el resultado que se necesita es urgente.

Como repaso, veamos lo que piden y/o afirman los estudiantes:

• La recuperación de la educación pública, o sea que vuelva a ser gratuita y financiada por el estado en los tres niveles: primario, secundario y superior. Debe eliminarse la educación que tenga fines de lucro.

• La crisis en el sistema educacional chileno emana de la implantación del modelo de economía de mercado. Debiera volverse a un sistema estatista y centralizado.

• La educación en Chile debe dejar de ser un producto de mercado y retomar su carácter social, para reforzar la democracia y el acceso igualitario a los conocimientos.

• Hay enorme segregación social en la educación y en los valores que se imparten.

Si bien, lo que piden los estudiantes y los maestros afecta a toda la educación, acá discutiremos solo la educación superior. Pero para ello, primero más datos:

Existe un índice llamado ARWU que responde en inglés al acrónimo "Academic Ranking of World Universities" en que se califican las mejores 500 universidades del mundo sobre la base de cuatro indicadores: i) los ex alumnos que han sacado un premio mundial (Nobel entre ellos) en las áreas de Matemáticas, Física, Química, Ciencias de la Informática, Economía y Negocios; ii) Los profesores de esas universidades que han obtenido un premio mundial en las mismas áreas; iii) Los números de veces que han sido citadas las investigaciones realizadas bajo el patrocinio de esa universidad; iv) el volumen de investigaciones de esa universidad publicado en revistas de investigación (Journals) de prestigio internacional.

¿Donde están la Universidad Católica y la Universidad de Chile en este ranking? La respuesta: La Católica está en el lugar 407 y la de Chile en el puesto 460. Al ver el puntaje por categorías, ambas universidades tienen un puntaje mínimo que no alcanza para hacerlas aparecer en las gráficas, pero si es suficiente (numéricamente) para que aparezcan en el ranking. En Latinoamérica, el país que tiene más universidades entre los lugares 100 y 500 es Brasil, siendo la mejor universidad latinoamericana la de San Pablo (puesto 102 y que es pública). La Universidad de Buenos Aires está en el puesto 152 y también es pública.

Y con estos datos llegamos al meollo del asunto. ¿Bastará que se haga gratis la educación universitaria para que mejore la educación? De acuerdo a lo que acabamos de ver, no es así, y peor aún, lo más probable es que al ser financiadas por el Estado en su totalidad, se caiga en esquemas burocráticos y de inamovilidad funcionaria que hará que la educación superior pública se politice y empeore, lo que conducirá a que las universidades privadas tengan un casi monopolio en la calidad de la educación. Esto acarreará que los egresados de las universidades públicas sean cesantes ilustrados porque su formación será tan mediocre que el sector privado no los contratará y su gran esperanza para trabajar será obtener alguna "pega" en el sector público con el apoyo de algún político (que es lo que está pasando ahora en mi país, Bolivia)

Cuando se dice acceso igualitario, estamos hablando de cosas imposibles ya que la formación de la educación privada, por el sólo hecho de que estoy pagando de mi bolsillo para que así sea, hace que los padres exijan una calidad superior a la pública. En los países socialistas, los que lograban entrar a la universidad eran o los mejores alumnos de las escuelas, o los hijos de los jerarcas políticos. Los que sueñan en el retorno del socialismo, olvidan de manera conveniente que en el paraíso comunista que desapareció en 1989, había una clase dominante que medraba de los recursos públicos y que se nucleaba mediante la membresía al partido Comunista.

El sueño socialista y comunista es que todo lo produzca el Estado bajo la premisa que el sector privado sólo busca el lucro, pero dicho sueño fracasó porque el ser humano tiene dentro de sí el deseo de tener y ser más que el otro, entonces, cuando se da la oportunidad de que uno obtenga una pequeña ventaja para sí o su familia, la aprovecha inmediatamente y más aún si se tiene todo el aparato estatal para protegerse. Esto solo puede ser paliado mediante la moral y la ética, que los cristianos la resumimos con el mandamiento "Amarás a tu prójimo como a ti mismo"

Es cierto que la economía de mercado es cada día una palabra más fea, sin embargo, eso es como echarle la culpa al auto cuando el conductor es malo. El mercado no funciona bien cuando el Estado se ha debilitado tanto que ya no es capaz de guiarlo y regularlo (pero no sobre regularlo) La gran ventaja de la economía de mercado es su flexibilidad que se produce porque las decisiones las toman miles de personas que están actuando bajo reglas claras. En cambio, en los sistemas centralizados, las decisiones son lentas y el malgasto de recursos es enorme. Esto se produce porque lo público actúa bajo un esquema que se refleja mediante un principio que en resumen dice: "Un servidor público sólo puede hacer lo que la ley le permite específicamente, en cambio un agente privado puede hacer todo lo que la ley no le prohíbe". ¿Por qué? Porque el servidor público está manejando patrimonio ajeno (el de todos nosotros) y en cambio el privado está arriesgando patrimonio propio. En otras palabras, si algo va mal, el privado pierde lo suyo, en cambio el servidor público nos hace perder riqueza a todos. Es por esa razón que mientras más crece la cosa pública, más se la regula y se la controla, haciendo que al final se paralice la economía y la sociedad en su conjunto y con ello se disminuya el desarrollo, baje la calidad de vida y aumente la corrupción.

¿En qué ha fallado el modelo educativo entonces? A mi entender, en Chile no se han preocupado de desarrollar esquemas de enseñanza que fomenten los puntos que ARWU considera. La educación superior en Chile se preocupa de copiar y no desarrollar. Lo mismo pasa con la educación básica y secundaria. En otras palabras: no se premia a la innovación. Por ejemplo: si Chile es una potencia mundial en la producción de cobre: ¿Por qué no lo es en la investigación relacionada con el uso del cobre? ¿Por qué Codelco no hace alianzas estratégicas con las universidades para investigar en este tema? Hay otras áreas donde Chile se destaca, entre ellas la agroindustria. La sugerencia es la misma: el Estado debiera buscar financiar investigación en esos temas mediante las universidades y de esa manera se apoyará la mejora de su calidad académica y se las ayudará en su presupuesto. Eso es lo que hacen en la U de San Pablo (Brasil) y la de Buenos Aires (Argentina). Si sólo se busca pasar dinero para pagar los sueldos de los profesores y construir infraestructura, y así llegar a que la matrícula sea gratis, es seguro que el sistema universitario chileno, en vez de mejorar, empeore. Asimismo, hay que considerar que se debe evitar a toda costa generar organismos anquilosados en que los profesores no son evaluados para medir su rendimiento. Si eso sucede, lo más probable es que la educación termine de hundirse.

En resumen, si se aumenta el presupuesto para la educación superior, debe ser sobre la base que las universidades mejoren su calidad en la investigación cuyo fin sea aportar al desarrollo de Chile y que además tenga aplicación en el aparato económico.

Y para terminar, una frase del Padre Kentenich: "Nada puedo hacer con hombres masificados, sino sólo con personas autónomas, hombres o mujeres; con personas capaces de formarse un juicio propio y defenderlo. ¿Les parece que habría podido fundar un Movimiento de esta magnitud si hubiera procedido de otra manera, si hubiera tolerado la masificación?"

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