Schoenstatt Chile

El Movimiento de Schoenstatt en Chile, fue fundado formalmente el 27 de junio de 1947, en Valparaíso, por el Padre José Kentenich y un grupo de mujeres que habían sellado su Alianza de Amor con María años atrás, en 1942. Desde Valparaíso se expande a distintas ciudades como Santiago, Temuco, Concepción, entre otras; a través de las Hermanas de María y de grupos de jóvenes mujeres y hombres que luego formaron también la Obra de Familias.

El Padre Kentenich visitó Chile en varias ocasiones, dejando un fuerte impulso espiritual y confirmando la misión del Movimiento en estas tierras y en Latinoamérica. Durante sus visitas, guió personalmente la formación de las comunidades schoenstattianas en el país, transmitiendo su pedagogía y su visión de un “hombre nuevo en una comunidad nueva”, consolidando su carácter misionero y apostólico.

El 20 de mayo de 1949 el Padre José Kentenich, bendice el primer Santuario de Schoenstatt en Chile, el Santuario Cenáculo de Bellavista, en la comuna de La Florida. Este Santuario mariano se convirtió en el centro de la vida espiritual y apostólica del Movimiento en Chile, atrayendo a miles de personas que encontraron en Schoenstatt un camino de fe y compromiso con la Iglesia y la sociedad. Desde aquí se expande el Movimiento y se fundan nuevos Santuarios en distintas regiones del país, como Agua Santa en Valparaíso, Ayinrehue en Temuco, Montahue en Concepción y otros.

Paralelamente, surgieron diversas ramas y comunidades dentro del Movimiento, como la Juventud Masculina y Femenina, la rama de señoras, la rama de Familias, los Institutos de las Hermanas de María, de los Padres de Schoenstatt, de Nuestra Señora de Schoenstatt, de los Hermanos de María, entre otras; permitiendo que todas las personas encuentren en Schoenstatt una espiritualidad que los impulsa a transformar la sociedad desde sus diferentes vocaciones y estados de vida.

En las últimas décadas, Schoenstatt en Chile ha seguido creciendo y renovándose, adaptándose a los desafíos de la modernidad sin perder su esencia. Con más de 20 Santuarios filiales distribuidos en el país, varias Ermitas y una fuerte presencia en parroquias, colegios, universidades y grupos apostólicos, el Movimiento sigue siendo un faro de espiritualidad y compromiso. Con variadas iniciativas sociales y apostólicas, contribuye en diversos ámbitos como la educación católica, el acompañamiento familiar, la formación de jóvenes, el desarrollo empresarial, misiones apostólicas, comunicaciones, etc. irradiando la espiritualidad del Movimiento en distintos espacios.

La Familia de Schoenstatt en Chile tiene como identidad y misión el Ideal de ser “Cenáculo del Padre para un Nuevo Pentecostés”. Este Ideal Nacional es nuestra vocación, nuestra propuesta y respuesta concreta al aporte que Dios nos llama a hacer para gestar esta nueva cultura, esta nueva evangelización, estas mujeres y hombres nuevos arraigados en Dios. Este ideal inspira a la Familia a vivir la unidad, el ardor misionero y la renovación de la Iglesia desde la Alianza de Amor.

Si estás en Chile, te invitamos a ser parte de esta gran familia y a sumarte a una historia que sigue transformando vidas.

Schoenstatt Internacional

El Movimiento Apostólico de Schoenstatt nació el 18 de octubre de 1914 en Alemania, en los inicios de la Primera Guerra Mundial. En ese momento, el Padre José Kentenich, sacerdote palotino y educador, junto a un grupo de jóvenes seminaristas, selló una Alianza de Amor con la Virgen María en una pequeña capilla en el valle de Schoenstatt. Su visión era que ese lugar se convirtiera en un Santuario de gracias, donde María obrara como Madre y Educadora, formando personas libres, responsables y comprometidas con la renovación de la sociedad y la Iglesia.

El Movimiento fue creciendo rápidamente, atrayendo a personas de distintas vocaciones y estados de vida. Durante la Segunda Guerra Mundial, Schoenstatt enfrentó grandes desafíos. El Padre Kentenich fue perseguido por el régimen nazi y enviado al campo de concentración de Dachau en 1941. Desde allí, fortaleció la espiritualidad y misión del Movimiento, inspirando a los prisioneros a vivir su fe con esperanza y valentía. Su experiencia en Dachau marcó profundamente el desarrollo de Schoenstatt, reafirmando su carácter apostólico y su pedagogía basada en la libertad y la confianza en la Providencia.

Tras la guerra, Schoenstatt continuó su expansión en distintos continentes. En 1951, el Padre Kentenich fue enviado por la Iglesia a un exilio en Milwaukee, EE.UU., lo que se convirtió en un tiempo de purificación y maduración para el Movimiento. En 1965, fue rehabilitado por el Papa Pablo VI y regresó a Schoenstatt, donde siguió guiando el desarrollo del Movimiento hasta su fallecimiento el 15 de septiembre de 1968.

Hoy, Schoenstatt está presente en los cinco continentes con santuarios filiales, santuarios del hogar y una red de comunidades apostólicas. La Alianza de Amor con María es el centro de nuestro carisma y nos lleva a vivir una íntima unidad entre lo natural y lo sobrenatural, es la fuente de nuestra esperanza, nos invita a vivir con alegría nuestra vida de fe y nos impulsa a vincularnos más a nuestros Santuarios.

¿Quién fue el Padre José Kentenich?

El Padre José Kentenich (1885-1968) fue un sacerdote católico, de la orden palotina, y fundador del Movimiento de Schoenstatt. Nació en Gymnich, Alemania, y desde joven sintió una profunda vocación por la educación y la renovación de la Iglesia. Su vida estuvo marcada por la confianza en la Providencia de Dios y el profundo amor a la Virgen María, lo que lo llevó a desarrollar una pedagogía centrada en la autoeducación, la libertad y la vinculación personal con Dios y los demás.

En 1914, junto a un grupo de jóvenes seminaristas, selló la primera Alianza de Amor con María en una pequeña capilla en Schoenstatt, Alemania, dando inicio al Movimiento. Los invitó a pedir que la Santísima Virgen se estableciera espiritualmente en ese lugar; ellos debían atraerla con abundantes muestras de amor, con el esfuerzo por su autoeducación y por desarrollar el espíritu apostólico; la presencia de María debía ser avalada por una santidad de la vida diaria, por una vida heroica de seguimiento al Señor y su voluntad. La historia ha demostrado que María acogió esa petición y el Santuario original sigue siendo el centro de un Movimiento internacional, lugar de peregrinación y de renovación para la Iglesia y el mundo actual.

Durante la Segunda Guerra Mundial, su fidelidad a su misión lo llevó a ser perseguido por el régimen nazi y enviado al campo de concentración de Dachau. Allí, en condiciones extremas, continuó fortaleciendo espiritualmente a quienes lo rodeaban y afianzó su confianza en la intervención de Dios en la historia. Tras la guerra, Schoenstatt creció rápidamente y se expandió a distintos continentes, con la misión de renovar la Iglesia y el mundo desde su carisma.

Sin embargo, su camino no estuvo exento de pruebas. En 1952, la Iglesia lo envió al exilio en Milwaukee, Estados Unidos, para evaluar su obra. Este periodo de 14 años fue una prueba de fidelidad y purificación para el Movimiento. Finalmente, en 1965, fue rehabilitado y regresó a Schoenstatt, donde continuó su labor hasta su fallecimiento el 15 de septiembre de 1968.

Su legado perdura en la espiritualidad y pedagogía del Movimiento de Schoenstatt, En esta Familia de la cual surgen corrientes de vida, de ideas y de gracias que brotan de la Alianza de Amor con la Santísima Virgen María y del servicio a la Iglesia.

Padre Kentenich

La Espiritualidad de Schoenstatt

Schoenstatt posee un carácter marcadamente mariano. Su espiritualidad se centra en la Alianza de Amor con María, un compromiso personal con la Santísima Virgen que nos ayuda a acercarnos más a Dios y a vivir una íntima unidad entre lo natural y lo sobrenatural, es la fuente de nuestra esperanza, nos invita a vivir con alegría nuestra vida de fe. A través de esta Alianza, nos ponemos en sus manos como instrumentos para colaborar en la renovación de la Iglesia y la sociedad.

El Santuario de Schoenstatt es el corazón de nuestra espiritualidad. El lugar de gracias donde María nos educa y nos fortalece con sus gracias de cobijamiento o arraigo en
Dios, transformación interior y envío o fecundidad apostólica. Estas gracias nos ayudan a vivir nuestra vocación cristiana con compromiso y alegría.

Otro pilar fundamental es la confianza en la Providencia, que nos invita a descubrir la voluntad de Dios en los acontecimientos de nuestra vida y responder con generosidad y valentía. Schoenstatt también promueve la autoeducación, es decir, el esfuerzo personal por crecer.

Estructura y Organización

Para custodiar este carisma y dar frutos en nuestra vida personal y comunitaria, la Familia de Schoenstatt en Chile se organiza de manera armónica, buscando siempre responder con fidelidad al llamado de Dios y a las necesidades de las personas. Esta estructura es un  camino para sostener la vida espiritual, impulsar el compromiso apostólico y fortalecer los vínculos que nos unen como una gran familia en misión.

Los Consejos Diocesanos son responsables de animar y supervisar la vida del Movimiento en cada diócesis. Articulan su acción con las prioridades pastorales locales y promueven actividades de apostolado y servicio. Están formados por el Coordinador Diocesano, los jefes de Ramas y asesores diocesanos. 

Estos Consejos están organizados dentro de la estructura de la Dirección Nacional del Movimiento. Y la organización y comunicación es responsabilidad de la Secretaría Nacional.

La Presidencia Nacional vela por la unidad, la fidelidad al carisma y la representación del Movimiento Apostólico ante la Iglesia. Está compuesta por los superiores de los Institutos, los jefes territoriales de las Federaciones y el Director del Movimiento.

La Central Nacional de Asesores del Movimiento tiene como misión garantizar la fidelidad al espíritu original y animar a la Liga Apostólica y al Movimiento popular y de peregrinos. Coordina iniciativas apostólicas, fomenta la formación espiritual y organiza encuentros nacionales. Está integrada por el Director Nacional del Movimiento y asesores nombrados por él.

Los miembros de nuestra Familia de Schoenstatt pueden estar vinculadas al Movimiento como peregrinos o como miembros de las diversas Comunidades: Ramas (Ligas), Federaciones e Institutos